El Adviento es el tiempo litúrgico en el que la Iglesia nos invita a prepararnos para la Navidad. Comienza cuatro domingos antes del 25 de diciembre. Cada uno de esos domingos tiene un significado litúrgico especial.
Primer Domingo de Adviento, el domingo de la esperanza
Marca el inicio del Año Litúrgico y se centra en la esperanza y la vigilancia ante la venida de Cristo. Las lecturas suelen hablar de la segunda venida de Jesús y nos invitan a estar preparados.
Este domingo podemos aprovechar para explicar a nuestros hijos cómo Dios se hizo hombre para salvarnos y cómo Jesús volverá al final de los tiempos. Tenemos la oportunidad de prepararnos cada día para ese momento. El primer domingo de Adviento es una ocasión para explicar por qué debemos vivir cada día como si fuera único y el último, haciendo siempre el bien.
Segundo Domingo de Adviento, el domingo de la paz
Enfocado en la preparación y la conversión. Las lecturas y oraciones propuestas para este día nos invitan a arrepentirnos de nuestros pecados y a preparar el camino del Señor, siguiendo el ejemplo de Juan el Bautista.
En casa, podemos trabajar la necesidad del perdón, un perdón sincero y amplio, que incluya a todas las personas a las que conocemos. Además, podemos ahondar en algunos compromisos específicos con esas personas que no nos caen demasiado bien, para que aprendamos que el camino de la conversión pasa por dejar de mirarnos a nosotros mismos para volcarnos en los demás.
Tercer Domingo de Adviento, el domingo de la alegría
Conocido como el Domingo de Gaudete. Se utiliza el color rosa en la liturgia para simbolizar la alegría y el gozo por la proximidad de la Navidad. Las lecturas nos animan a alegrarnos en el Señor.
Es muy importante que sepamos trasladar a nuestros hijos toda la alegría de la Navidad. Las familias cristianas tenemos que vivir esta etapa del año litúrgico con especial intensidad. Que evitemos caer en el consumismo imperante y en la tendencia a “paganizar” esta celebración religiosa no significa que no debamos vivirla en plenitud, con especial ilusión, contagiosa, que convierta nuestros hogares en un lugares luminosos, alegres, que sirvan de reflejo de la celebración que estamos recordando.
Cuarto Domingo de Adviento, o domingo del Amor
Este es el domingo en el que se recuerda la llegada de Jesús, que se celebra en sólo unos días, el día de Navidad. Las lecturas de la misa incluyen la anunciación a la Virgen María y la preparación para la llegada de Dios.
En familia, cuando encendamos la última vela de nuestra corona de Adviento, es momento para recordar que Dios no eligió nacer entre privilegios y riquezas sino en el lugar más humilde, para mostrarnos que su reino no es de este mundo. De esta manera, ayudaremos a nuestros hijos a entender mejor la Navidad que deben vivir, diferente a la que marcan las corrientes dominantes, pero llena de luz y de alegría igualmente.