Del colegio depende gran parte de la educación de los niños, especialmente la de destrezas que podrán emplear en su futuro profesional. Matemáticas, Ciencias Sociales o comprensión lectora son algunas de las habilidades que se inculcan a los más pequeños en estos centros. Precisamente esta última capacidad es la que pretende mejorar el Gobierno dentro de las aulas.
Más horas de lectura en el colegio
El nuevo secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, ha expresado recientemente su deseo de aumentar las horas de lectura entre los más pequeños. ¿De qué forma? Pues haciendo que ésta adquiera tanto peso como asignaturas dedicadas a impulsar la educación física. Es decir, la idea no es crear una asignatura específica sino introducir esta habilidad de forma transversal.
Según Benzo, «en la actualidad hay preocupación porque los niños practiquen ejercicio en el colegio, pero no existe la misma dedicación por fomentar la lectura en las aulas». El secretario de Estado añade que esta situación debe cambiar puesto que esta destreza es una de las más importantes en la formación de las futuras generaciones.
Una opinión que coincide con la del Ministerio de Educación y Deporte que hace algunas semanas también planteó un plan de fomento de la lectura dentro del Plan 2020 que se pretende aprobar durante esta legislatura. Con esta iniciativa el Gobierno pretende frenar la actual situación en España y que indica que pocos españoles son lectores habituales.
Fomentar la lectura en casa
Así, aunque la escuela se encarga de enseñar estas destrezas, eso no quiere decir que los niños no puedan aprenderla en casa. De hecho es tarea de los padres fomentar este hábito entre los más pequeños del hogar y animar porque los libros se conviertan en amigos habituales de nuestros hijos. Estos son algunos consejos para animar a los menores a leer:
– Padres como ejemplo. No hay que olvidar que los niños tienen un referente en sus padres. Si estos no leen, ellos tampoco. Si los más pequeños escuchan que los libros son aburridos, los considerarán algo tedioso. Los progenitores deben ser los primeros en demostrar lo mucho que se puede disfrutar de este hábito día a día.
– Leer desde pequeños. La lectura debe estar presente en la vida del niño antes de que aprenda a leer. Los padres pueden quedarse junto a la cama de sus hijos mientras dramatizan el contenido de un libro para que los más pequeños empiecen a sentir el gusanillo de descubrir qué hay en esos mundos de fantasía en forma de papel.
– Lectura como rutina en casa. En lugar de ver la televisión por la noche, una buena opción es que todos los miembros de la casa se sienten en el salón a continuar la lectura de sus libros. Algo que supone una actividad en familia, que ayudará a dormir y que contribuirá a fomentar este hábito entre los más pequeños.
– Aprovechar los gustos lectores de los niños. Libros existen muchos y de muchas temáticas, si tu hijo no lee es que quizás no ha dado con el género que lo apasione. Fantasía, biografías, novelas policiacas, historias románticas, existen muchos estilo. Conocer los gustos de los más pequeños ayudará a que puedas encontrar la historia que los atrape entre sus páginas.
– Evitar usar la lectura como castigo. Normalmente un castigo es algo «malo» por lo que tiene que pasar un niño que ha hecho alguna travesura. No hay que darle esta concepción negativa a la lectura, sino todo lo contrario: a los libros hay que enseñarlos como algo divertido.
Damián Montero
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