Educar en valores significa extender el alcance de la educación (en casa y en la escuela), de manera que no se limite a enseñar o aprender contenidos de las diferentes materias o habilidades específicas de cada profesión.
«Los sistemas educativos preparan a los niños para sacar buenas notas en los exámenes, pero no para sacar buenas notas en la vida». Así de tajante se mostraba la psicóloga Elvira Sánchez-Igual, responsable de comunicación de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) tras la reunión en Bolonia con los socios europeos del Proyecto AVAL.
El proyecto cuenta con la participación de socios de 9 países: España, Alemania, Italia, Hungría, Eslovenia, Chipre, Grecia, Rumanía y Croacia entre los que se encuentran Universidades, Asociaciones Educativas y ONG*s.
La necesidad de educar en valores, según AMEI-WAECE, organización con base en España que lidera el proyecto, es innegable. Los grandes gurús de la educación y de las finanzas alertan «si no cambiamos la forma de educar, en 30 años estaremos en problemas. La sociedad está cambiando y nosotros seguimos mirando al pasado».
La importancia de la educación en valores
Como explica la psicóloga Elvira Sánchez-Igual, «la educación tiene tres componentes básicos según la UNESCO: el componente socio-emocional, el comportamental y el cognitivo. Los sistemas escolares se basan en el este ultimo, quizá porque es el más fácil de evaluar. Pero el éxito en la vida vendrá determinado por la combinación de los tres. Y ahí es donde AVAL cumple un papel fundamental al facilitar a los profesionales de la educación infantil y primaria recursos para poder trabajar también la dimensión socio-emocional y la comportamental basándose en la educación en valores«.
Los creadores del proyecto Europeo Erasmus+ AVAL están convencidos de que educación en valores es una necesidad innegable en el mundo global en el que cada día se habla más de violencia, a todos los niveles, de bullying cada vez a más temprana edad, de conflictos personales y sociales, de competitividad en lugar de compatibilidad, de «cordones sanitarios» en lugar de diálogo, etc.
Los expertos internacionales que participan en este proyecto coinciden en que «tenemos que hacer de la educación en valores un aprendizaje fundamental en la vida de los pequeños, una habituación continua que condicione cualquier actuación en el futuro, un traspaso de valores que permanezca a lo largo del tiempo, que se prolongue durante toda la vida».
Como explican los responsables del proyecto, tras casi dos años de trabajo, ha dado como resultado la elaboración de 45 unidades didácticas que están basadas en tres pilares fundamentales:
– Valores éticos
– Valores sociales y democráticos
– Valores medioambientales
Y divididas en 3 tramos de edad: 0-3, 3-6 y 7-11. Las de las 45 actividades de aula ya están disponibles en varios idiomas como español inglés, alemán, italiano, húngaro, croata, chipriota-griego, esloveno y rumano.
Marina Berrio
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