Tras siete largos años de espera, la escritora Diana Gabaldón, estadounidense e hija de un inmigrante mexicano afincado en Arizona donde reside actualmente, nos ha sorprendido con la novena entrega de Outlander, Cuenta a las abejas que me fui (Salamandra), la apasionante saga de Jamie Fraser y Claire Randall, que ha conquistado el corazón de más 50 millones de lectores en todo el mundo.
Diana Gabaldón, licenciada en Biología, empezó a escribir como un hobby, y ha reconocido que se ha inspirado en la actualidad y en su propia vida para construir una magnifica historia de amor entre dos mundos, a caballo entre el siglo XVIII y el siglo XX, donde realza el verdadero sentido del matrimonio y de las relaciones familiares, cuidando con detalle y maestría todos los detalles del rigor histórico, los viajes en el tiempo y un conmovedor romance.
Este nuevo libro, que se publicó el pasado 23 de noviembre en inglés y que acaba de aparecer en castellano, hace el noveno de una aclamada serie de televisión que ha sido adaptada por Starz. Ya está pensando en el décimo, porque como ha dicho «a sus 70 años todavía tiene fuerzas para seguir escribiendo».
Outlander, 50 millones de lectores en todo el mundo
En sus libros de la saga Outlander realiza un auténtico retrato del matrimonio y las relaciones familiares, ¿dónde se inspira para establecer esos maravillosos vínculos familiares entre los personajes?
Llevo 50 años casada con el mismo señor y eso me ha dado muchísimos datos. Me inspiro en mi matrimonio y en mi propia vida para escribir sobre la familia. He tenido la gran suerte de tener un matrimonio estable durante muchos años y una familia grande, de hermanos, tíos, nietos y al final tomo notas de mi propia vida para inspirarme. Alguien me dijo una vez que era maravillosa la complicidad con la que describía a los niños y es que he tenido dónde fijarme. Además, como tengo un pasado como científica, eso me ha llevado a observar mucho más y a fijarme en las relaciones de las personas a mi alrededor.
¿Será el décimo el último libro de la saga Outlander?
El décimo lo acabo de empezar a escribir y no sé si será el último. Todos mis libros, de alguna manera, acaban en sí mismos, pero también podían dar pie a una continuación y éste décimo libro no va a ser una excepción. Yo creo que, aunque tengo 70 años, aún tengo fuerzas para seguir escribiendo y para otro libro seguramente daré. Pero quién sabe lo que va a pasar después.
¿Cómo prepara la estructura y narrativa de sus libros?
En realidad, voy improvisando según me va surgiendo la historia. Por ejemplo, el primer libro Forastera tiene un esquema de liberación, ya que Jamie está en prisión y Claire le tiene que salvar, mientras que el segundo libro tiene un esquema de pesa de gimnasio porque al final es una historia que está narrada por dos personas que no son Claire, al principio y al final, aunque luego todo el centro del relato sí es la historia que ella cuenta, con una serie de secciones que van desde el levantamiento jacobita a sus viajes a Francia, y su embarazo que la envía de nuevo al futuro. Y después tenemos el flashback del historiador, que encuentra a Jamie en el pasado y descubre que está vivo y se plantea la cuestión de si ella puede volver habida cuenta de la situación. Así que, de alguna manera, se cruzan los caminos de tres líneas argumentales: una, la de Jamie, que ve su vida más hacia delante, otra la de Claire, que ve su vida más hacia atrás, y otra la del historiador o la de la hija Brianna que tiene una percepción histórica de los hechos. El resto también una estructura distinta cada uno de ellos.
Al hablar de acontecimientos históricos, ¿ha pretendido también hablar de política?
Nunca he pretendido adentrarme en el tema político, donde si entro es en la historia de mi país, pero es historia «historia». La fecha más actual que hay en este libro es 1982, que no deja de ser historia, ya que es la etapa anterior a Internet. Cuando llevo los personajes a etapas más cercanas a la actualidad no pretendo hablar política, con lo cual la parte en la que alguien puede ver más cuestiones políticas es histórica y por lo tanto, muy de hechos.
¿Cómo prepara la correlación y riqueza de acontecimientos históricos para que luego formen parte de la vida cotidiana de los personajes?
Documentándome y leyendo sobre cómo era la vida en los 200 años en los que se sitúa Outlander. Un ejemplo puede ser cómo iba la gente al baño en el siglo XVIII. Había una casita fuera de las casas, que podía estar hecha de ladrillo o de madera según fuera la familia más rica o más pobre, y básicamente ahí había un agujero y ahí se iba al baño. Por ejemplo, si yo quisiera describir cómo echar agua de una botella, me tendría que imaginar cómo serían las botellas del siglo XVIII, quizás de metal y quizás pesarían mucho, lo mismo que los vasos. Y así en función de los conocimientos que tengo voy describiendo el escenario y las diferentes situaciones que van viviendo los personajes.
¿Cómo planifica sus novelas?
En realidad, no planifico las novelas ni las escribo en un orden, sino que más bien me baso en semillas o pequeñas pepitas que me van surgiendo, ya sea porque me viene a la cabeza una imagen vivida o unas líneas de diálogo, y en base a eso construyo algo. Suele ser una frase o pequeños elementos que luego voy encajando. De alguna manera, la parte más racional de mi cerebro, durante ese proceso creativo, está pensando en las palabras escogidas en concreto, si tengo demasiados adjetivos o pocos, cosas más técnicas de escritura. Y al mismo tiempo la parte más creativa o menos racional de mi cerebro está pensando en ¿qué hora es? ¿quién hay en la escena? ¿en qué lugar están exactamente? ¿cómo es? Y así poco a poco va evolucionado la historia de esta manera. En cuanto a la organización, yo lo hago todo sola. Realizo la investigación, no tengo equipo, pero si lo tuviera no sabría decirles qué tienen que buscar porque me va surgiendo.
¿Escribe con total libertad o está pendiente de la opinión a alguien según va escribiendo sus libros?
Escribo por la noche y cada día se lo dejo a mi marido junto al café para que lea lo que he escrito la noche anterior. Solo se lo doy a mi marido para que me lea y me diga qué le parece porque su opinión es relevante y muy importante para mi. Evidentemente, por lo menos en mi caso, quiero y me encanta que la gente me lea, responda y reaccionen. Me encanta tener 50 millones de seguidores, es genial. Por desgracia, no puedo tener con todos ellos una conversación, pero en cualquier caso está muy bien que estén ahí. Al principio, cuando empecé a escribir por hobby, la intención no era enseñárselo a nadie y eso me hizo escribir con muchísima libertad porque como no era para nadie, era solo para mí, pues escribía lo que me apetecía. Y eso me ha dado muchísima libertad, sobre todo, al no tener que estar pendiente de qué es lo que la gente opina, porque todo el mundo tiene opiniones y por eso al principio tampoco quise compartirlo. Y al final, trato de seguir escribiendo de esa manera, sin tener en la mente durante el proceso de escritura a mis 50 millones de seguidores, prefiero que luego lo lean.
Al final, he descubierto que aunque tengas solo dos seguidores, cada uno va a tener una opinión distinta, por eso prefiero seguir escribiendo con esa libertad.
¿Le gusta cómo han quedado las 6 temporadas de la serie Outlander?
Evidentemente, no te puedes llevar todo un libro a una serie, y teniendo eso en cuenta la selección de lo que han llevado y cómo lo han llevado es maravillosa. Me encantan los guiones, me encanta cómo trabajan los actores, me encanta la producción… creo que tiene realismo la serie, sientes que estás en Escocia, en Francia, en América… La verdad es que estoy muy contenta con ese resultado.
¿La humanidad es ahora la misma que hace 200 años? ¿En qué nos parecemos y en qué nos diferenciamos?
Cualquier novelista que se precie casi lo que trata de hacer es evocar las emociones del momento. Y esas emociones que estamos viviendo ahora con el conflicto de Ucrania, la aprensión, la duda y el miedo al futuro, seguro que eran las mismas emociones que sentían las personas que vivieron la guerra de la Independencia en Estados Unidos. La diferencia es que ahora tenemos una conexión informativa total que nos permite saber qué es lo que está pasando en cada momento. Esa instantaneidad de saber lo que pasa al momento en todo el mundo, da esa sensación de premura, es como si comprimiéramos la realidad. Seguro que en la guerra de la Independencia estadounidense solo se sabía lo que uno tenía cerca y del resto no se enteraban.
¿Por qué ha tardado tanto tiempo, casi 7 años, en escribir Cuenta a las abejas que me fui?
Es un libro bastante largo, más de 1.000 páginas y por eso me ha llevado tanto tiempo escribirlo. Además, es el noveno de una saga muy larga, súper complicada, donde pasan un montón de cosas. Yo quiero que la persona que se compre el libro para el vuelo a Australia piense «con éste seguro que llego y no se me acaba antes de llegar». Pero también, pienso en que esa persona pueda enterarse, aunque éste forme parte de una saga, y no tenga ni idea de los libros anteriores. Por otra parte, a quien se ha leído los otros ocho libros tampoco quiero aburrirle contándole cosas que esa persona ya sabe.
Conseguir todo eso a la vez es una gran labor de ingeniería, por decirlo de alguna manera, una labor muy complicada que requiere ir con cuidado y requiere bastante tiempo.
Luego, por otro lado, y lo digo con todo el cariño, pero el hecho de ser popular te lleva a tener muchos eventos a los que tengo que asistir y que al mismo tiempo me quitan tiempo para escribir porque estoy charlando con la gente, algo que me encanta. Y cuando estoy asistiendo a eventos tampoco puedo tener una rutina, estoy más cansada, no estoy en mi lugar y el caso es que yo sigo escribiendo igual una horita por la noche aunque esté fuera de casa, como por ejemplo ahora en España, que me encanta venir y poder estar, pero eso marca mucho la productividad. Luego, también yo me ocupo de mis propias redes sociales por precaución y en definitiva esa es un poco la situación. Ahora bien, he de decir que en esos siete años además de escribir este libro, he escrito otros cuatro más. Con lo cual creo que siete años para escribir 5 libros tampoco una estadística tan mala.
Outlander tiene muchas ramas a través de sus personajes, ¿cómo han surgido estas historias paralelas?
A parte de Jamie y Claire, hay otros personajes como por ejemplo Lord John, que es un personaje menor en esta saga, muy carismático, pero que tiene su propia saga, tiene 6 libros concretamente. De manera que hay historias que escribo sobre otros personajes que las desarrollo por otro lado, por ejemplo, hay un libro Siete piedras para resistir o caer, que son 7 historias de otros personajes. Así que, aunque no me canso de los personajes principales también escribo sobre otros.
¿Qué escritores son los que influyen e tu forma de escribir?
Como amante de la lectura he leído mucho y tengo 5 escritores que me fascinan. Al final, la escritura no tiene secretos en el sentido de que lo que el escritor está haciendo queda en la página y si lees lo suficiente sobre ese escritor acabas identificando su estilo. Por ejemplo, yo he leído lo suficiente a Dickens como para saber cómo contaría Dickens según qué cosas y llega un momento, que estando yo escribiendo, me parece que sería un momento «dickensiano» y me inspiro en él, que es uno de mis influencers, y escribo como yo creo que lo haría él. Otro de mis influencers es Robert Dickinson, poeta y novelista escocés.
En literatura, ¿cuál es su historia de amor favorita?
No lo sé, me gusta mi propia historia de amor, la que he vivido con mi marido durante 50 años, pero entre las clásicas se me ocurre Romeo y Julieta, una gran historia.
Marisol Nuevo Espín
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