El confinamiento se acerca a su fin. Poco a poco, fase tras fase, los hogares han recuperado cierto nivel de libertad y pronto se podrá hacer una vida relativamente normal. No hay que olvidarse de que el peligro de un rebrote es real, y que los descuidos pueden devolvernos a la casilla de salida. Por ello, hay que tener en cuenta ciertas normas de seguridad para que la alerta sanitaria quede como un recuerdo del pasado.
Consejos como los que ofrecen el equipo de psicólogos de ifeel. Seis pasos con los que además se pretende ayudar a los niños a aceptar esta nueva realidad en donde, por ejemplo, besos y abrazos deben seguir restringiéndose para evitar los mencionados rebrotes. Pero, por otro lado, las actividades de ocio y el reencuentro con amigos y familiares está cada vez más cerca, y en esta nueva etapa la manera en la que nos relacionaremos será muy distinta.
Cambio de hábitos
De la pantalla a la realidad. Si durante el confinamiento las videollamadas han marcado la realidad de muchas familias y amigos para mantener el contacto. Un contexto que ya ha pasado a una nueva fase en donde es posible encuentros en persona, pero marcados por una serie de normas. Reglas que si bien se relajarán, no pueden olvidarse y que deben ser explicadas a los niños a través de medidas como los siguientes:
– El primer paso, la explicación. Los padres tendrán que sentarse con los niños antes del inicio de cada fase y explicarles qué se puede hacer y aquello que todavía no está permitido. Las explicaciones deben ser ajustadas a sus edades y dejar claro que todo esto tiene un fin: evitar enfermar. Una vez llegada la nueva normalidad, hay que recordarles que si bien el confinamiento ha pasado, hay que seguir siendo responsables para no volver a la casilla de salida.
– Suplir las muestras de cariño fuera de casa. Es seguro que muchos niños echan de menos a sus abuelos, amigos, tíos y otras personas queridas. Un abrazo es el deseo de la gran mayoría tras tanto tiempo sin contacto, pero hay que tener en cuenta el riesgo del contacto social.
– Buscar formas divertidas de fomentar el distanciamiento social. Es complicado pedir a los niños que se mantengan distantes entre ellos, pero los padres pueden sugerirles ideas de juegos que la permitan como por ejemplo el escondite, adivinar películas, paseos en bicicleta*
– Mayor autonomía. En el caso de los niños más mayores, es el momento de darles una mayor autonomía (sin olvidarse del respeto a las normas y la higiene) y fomentar las visitas en las casas o en los parques para así poder mantener el contacto presencial con amigos. Poco a poco debemos abandonar el abusivo uso que hemos hecho de las pantallas durante el confinamiento y animarlos a retomar viejas costumbres presenciales.
– Prestar atención a las consecuencias psicológicas. Las consecuencias psicológicas que puedan surgir en un medio o largo plazo son impredecibles, pero es probable que algunos niños en las primeras fases muestren frialdad en las relaciones, prefieran seguir interactuando a través de pantallas e incluso desarrollen una dependencia a estas, tengan miedo a salir a la calle, estén más ansiosos. Hay que darles su tiempo para acostumbrarse a esta nueva normalidad.
– Control de pantallas. El uso de pantallas y de redes sociales es una escapatoria y un alivio durante el confinamiento. Pero a medio largo plazo se puede volver en nuestra contra dado que aumenta los niveles de ansiedad en los niños, altera al sistema nervioso y puede desembocar en una adicción. Es importante poder regular el tiempo diario que dedican a ello.
Damián Montero
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