Estamos construyendo un mundo complejo y poco respetuoso con nuestro entorno natural. Son precisamente los ecosistemas que hemos creado, los que se están revelando en forma de crisis sanitarias, medioambientales y de cambio climático, haciéndonos vivir en una situación de cambio e inestabilidad constante, en la que vemos como pequeñas partículas biológicas ponen en jaque la economía, el consumo, la educación y las relaciones sociales de toda la humanidad.
Tras años de perseguir comodidades y estabilidad dejando al margen el estado de nuestro planeta, nos damos cuenta de que el camino era el equivocado. Como todo enfoque sistémico, si no se tiene en cuenta a todos sus integrantes, aparecen las disfuncionalidades, el sistema deja de funcionar y con ello nuestra fortaleza económica, social y nuestros planes de futuro.
En cambio, bien es sabido que toda crisis es una oportunidad y tras eventos como los que estamos viviendo se dibuja un escenario que hace necesario un cambio de hábitos, en línea con olvidar el consumo desenfrenado y dejar de ignorar nuestra huella ecológica.
La pandemia por COVID-19 ha pasado factura a la sociedad, especialmente a las personas más jóvenes. El estudio internacional mundial *Beyond 2020: Global Youth – Voices & Futures* de ViacomCBS mide el impacto del coronavirus en la vida de los y las jóvenes de entre 16 y 24 años, demostrando que el 89% de los jóvenes del mundo se han visto afectados por la crisis, el 81% ha tenido que interrumpir sus planes.
A pesar de ello, los jóvenes españoles responden a los acontecimientos de 2020 de varias maneras. Un 64% de la juventud ha participado en temas sociales. El 79% afirma que viajará internacionalmente al menos una vez al año.
Los jóvenes del mundo afirman que sus vidas han cambiado de forma drástica, viéndose afectadas por los acontecimientos del 2020: la crisis de la COVID-19 (90%), los movimientos antirracistas y contra la brutalidad policial como Black Lives Matter (52%), las protestas por el cambio climático (42%) y las crisis políticas (30%).
No obstante, lo más emocionante de todo ello, es que no han sido las instituciones las que han articulado estas respuestas, han sido los y las ciudadanas, que por fin, movidos por la conciencia de injusticia y la preocupación han alzado la voz y clamado por la justicia de sus causas, especialmente, el cuidado del medio ambiente.
Igualdad de género y cambio climático, como ‘bandera generacional’
Los y las jóvenes españoles también consideran importante para el futuro tener en cuenta ciertos aspectos. Los jóvenes de hoy en día creen que su generación tiene el potencial de cambiar el mundo para mejor (84%).
El Informe Juventud en España 2020 del INJUVE también arroja datos similares para entender la realidad de la juventud de hoy (15 a 29 años). Frente a la imagen de desinterés y apatía que se suele presentar de la juventud, encontramos unos jóvenes movilizados políticamente.
Temáticamente, además de las problemáticas materiales (trabajo, educación, vivienda, etc.) que les afectan personalmente, la igualdad de género y la concienciación ecológica son las principales banderas juveniles que modulan sus reivindicaciones y su activismo.
Tal como demuestran ambos informes, los jóvenes de hoy están llamados a vivir en un entorno de continuo cambio social, necesitan desarrollar conocimientos, competencias y adquirir experiencias que les permitan ser líderes en contextos GloCal donde los abordajes globales se forjan en soluciones locales. Los jóvenes, más que nunca, piensan globalmente y actúan localmente.
En este marco, cobran sentido hoy más que nunca los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y su llamada a la acción colectiva para que en el año 2030 tengamos un mundo realmente más justo, equitativo y sostenible.
Experiencias nacionales e internacionales que transforman
La situación del clima y los resultados de los informes mencionados animan a organizaciones como AIPC Pandora a continuar su labor de 19 años comprobando la transformación de los casi 10.300 jóvenes que han participado en sus proyectos educativos, solidarios y de intercambio para ampliar esa comunidad de personas con ganas de cambiar las cosas y luchar por cuidar de nuestro entorno natural al mismo tiempo que extendemos los derechos a toda la humanidad.
Las experiencias, tanto nacionales como internacionales, que transforman a los jóvenes, comoel Programa ACTÚA: Voluntariado y ciudadanía, y el Programa VIS – Verano Internacional Solidario, están basadas en el intercambio y voluntariado grupal y promueven la experimentación y la participación directa de los y las jóvenes en el ámbito local, incidiendo directamente en la sensibilización en el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad.
En la era COVID, los adolescentes y jóvenes, héroes con las mochilas cargadas de ilusiones para los meses de verano, piden a gritos nuevos planes. AIPC Pandora ofrece el programa ACTÚA en España, o el Programa VIS en Costa Rica, Tanzania o Marruecos, como un soplo de inspiración, tras este curso lleno de cambios, confinamientos, escasa vida social, clases on-line, en ocasiones espacios aburridos a causa de la rutina, poco espacio libre para respirar aire puro y sentirse libres.
El Programa ACTÚA está dirigido a jóvenes de 13 a 18 años y se desarrollará durante el mes de julio. Existen 3 modalidades disponibles, todas ellas relacionadas directamente con la protección de los ecosistemas y el clima: sostenibilidad y desarrollo rural, mares y plásticos, y urbanismo y tecnología.
Fuera de nuestras fronteras, AIPC Pandora propone un Verano Internacional Solidario, un programa grupal de educación experiencial para jóvenes de 13 a 18 años, de 3 semanas de duración, que ofrece una total inmersión en diferentes culturas mediante un programa completo de voluntariado internacional con comunidades locales en diferentes áreas y con práctica de idioma internacional.
Las opciones disponibles en 2021, cumpliendo las medidas de seguridad de la COVID-19 son: «Sostenibilidad Global, Tecnología e Indigenismo en Costa Rica» en el que descubrirán cómo innovar para salvar el planeta, «Educación Global en Tanzania» colaborando en una escuela local y en un centro de acogida de niños y niñas en dificultad y «Educación y rehabilitación en Marruecos», haciendo voluntariado en la escuela local con la comunidad y sus jóvenes.
Los jóvenes ahora necesitan más que nunca sumarse a los retos en grupo, socializar de nuevo, desarrollar habilidades que necesitan para su futuro como profesionales y personas, convertirse en ciudadanos del mundo; en definitiva, crecer ayudando y aprendiendo a ayudar, creando un mundo mejor y más sostenible.
Marina Berrio
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