En una era marcada por la digitalización y la información instantánea, las bibliotecas escolares se enfrentan a una crisis silenciosa, pero alarmante. Estos santuarios del conocimiento, que han sido fundamentales en la educación durante siglos, están desapareciendo a un ritmo preocupante.
La desaparición de las bibliotecas escolares
La proliferación de dispositivos electrónicos y la fácil accesibilidad a Internet han llevado a una disminución en la importancia percibida de las bibliotecas escolares. A medida que los estudiantes pueden buscar información a través de Internet desde sus dispositivos personales, la necesidad de visitar una biblioteca física parece disminuir. Esto ha llevado a recortes presupuestarios en bibliotecas escolares, lo que ha tenido como consecuencia despidos de bibliotecarios, reducción de horarios de funcionamiento y una disminución en la adquisición de nuevos libros y recursos.
Además, el enfoque en las pruebas estandarizadas y el cumplimiento de objetivos académicos ha relegado la importancia de las bibliotecas escolares a un segundo plano en muchas instituciones educativas. Esto ha llevado a la pérdida de una valiosa fuente de aprendizaje independiente, investigación y desarrollo de habilidades de pensamiento crítico.
¿Qué hay detrás de la disminución de las bibliotecas escolares?
En los últimos años, hemos sido testigos de una tendencia alarmante en la educación: la desaparición gradual de los espacios físicos dedicados a las bibliotecas escolares en favor de una versión digital que permite a estudiantes y docentes acceder a la información a través de dispositivos móviles u ordenadores. Las estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Educación y Formación Profesional arrojan datos reveladores: entre los cursos académicos 2015/2016 y 2019/2020, el número de centros educativos con bibliotecas escolares propias disminuyó significativamente, cayendo hasta un 81,8 por ciento.
Resulta preocupante observar cómo algunas comunidades autónomas, como Cataluña y Baleares, se han visto particularmente afectadas por esta pérdida. En el caso de Cataluña, el porcentaje de escuelas con bibliotecas en funcionamiento disminuyó de un 78,1 por ciento en el curso 2015/2016 a un preocupante 56,8 por ciento en el 2019/2020. Mientras tanto, en Baleares, las cifras descendieron de un 71,9 por ciento a un inquietante 54,8 por ciento.
Esta tendencia ha generado una creciente inquietud entre los profesionales de la educación. Más de 200 docentes, expertos e investigadores de diversas instituciones públicas y privadas han unido sus voces en un manifiesto que exige a las administraciones una inversión mayor para revitalizar las bibliotecas escolares. Esta preocupación no es infundada, ya que las bibliotecas escolares son pilares fundamentales en el proceso educativo y en el desarrollo de habilidades críticas y de aprendizaje en los estudiantes. Su preservación y fortalecimiento son esenciales para el futuro de la educación en nuestro país.
¿Por qué debemos potenciar las bibliotecas escolares?
Una de las principales razones es fomentar el amor por la lectura. Las bibliotecas escolares son el lugar perfecto para que los estudiantes descubran la magia de los libros. Al ofrecer una amplia selección de libros en diferentes géneros y niveles de lectura, las bibliotecas pueden inspirar el amor por la lectura desde una edad temprana. Esto no solo enriquece la vida de los estudiantes, sino que también mejora sus habilidades de comunicación y comprensión lectora.
Pero, además las bibliotecas escolares:
1. Promueven la alfabetización informacional
En la era de la información, es esencial que los estudiantes desarrollen habilidades de alfabetización informacional sólidas. Las bibliotecas escolares son lugares donde los estudiantes pueden aprender a evaluar la calidad de la información que recopilan en Internet, comprender cómo citar fuentes adecuadamente y desarrollar habilidades críticas de investigación.
2. Fomentan la creatividad y el pensamiento crítico
Las bibliotecas escolares son espacios tranquilos y acogedores que fomentan la reflexión y el pensamiento independiente. Los estudiantes pueden utilizar estos espacios para investigar temas de su interés, escribir ensayos, crear proyectos y desarrollar habilidades de pensamiento crítico que serán invaluables en sus futuras carreras.
3. Apoyan la diversidad e inclusión
Las bibliotecas escolares pueden ser un reflejo de la diversidad cultural y de opiniones. Al proporcionar una amplia gama de materiales y recursos, las bibliotecas pueden ayudar a los estudiantes a comprender y apreciar diferentes perspectivas y culturas, fomentando la empatía y la inclusión.
4. Sirven como centro de recursos para la comunidad escolar
Las bibliotecas escolares no son solo para estudiantes, sino también para maestros, padres y miembros de la comunidad. Pueden servir como centros de formación continua para educadores, ofrecer programas para padres y ser un recurso valioso para la comunidad en general.
A medida que el mundo avanza hacia una sociedad cada vez más digital, es crucial reconocer el valor perdurable de las bibliotecas escolares. Estos espacios no solo fomentan la educación y el conocimiento, sino que también moldean el carácter de las futuras generaciones al promover la curiosidad, la empatía y el pensamiento crítico.
Para salvaguardar el futuro del aprendizaje y la alfabetización, es esencial potenciar y apoyar activamente las bibliotecas escolares. Al hacerlo, estamos invirtiendo en un mejor futuro para nuestros estudiantes y para la sociedad en su conjunto.
Marisol Nuevo Espín
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