Lo que se hace hoy, tendrá repercusiones en el futuro. Para bien o para mal, las rutinas que llevan las familias decidirán los años venideros. Incluso, pequeños cambios inapreciables en el día a día, pueden presentarte como grandes alteraciones con el paso del tiempo. Por tanto, ¿por qué no aprovechar para conseguir todos los beneficios posibles?
Así lo recomienda un estudio de la Universidad de Edimburgo en donde se recomienda introducir los pequeños cambios en el día a día de las familias para que en un futuro, tanto los padres al llegar a ancianos, o los niños al alcanzar la madurez, puedan conseguir todos beneficios derivados de estas situaciones.
Vigilar el peso
En este estudio participaron más de 600.000 personas en quienes se analizó su estilo de vida en distintos aspectos. Tres fueron las bases que quisieron determinar los responsables de la investigación: fumadores o no, tipo de comidas que se ponen en la mesa o realización de ejercicio. Por un lado se quiso determinar cómo el peso podía decidir la esperanza de vida de estas personas.
La grasa corporal y otros factores se asociaron con la diabetes y una reducción en la esperanza de vida. Por cada exceso de 1 kg en las personas, la esperanza de vida se reducía en 2 meses, según los hallazgos de esta investigación. Una llamada de atención para vigilarlo que se come en casa. Apostar por una dieta equilibrada y en donde las grasas saturadas sean unas invitadas poco habituales.
Al mismo tiempo, los investigadores también recuerdan la importancia de que los padres vigilen el sedentarismo de sus hijos y apuesten por un estilo de vida más activo. En este sentido, pequeñas rutinas, como el fin de semana aprovechar para dar un pequeño paseo mientras se acude a comprar el pan y reducir el ocio frente a las pantallas, y potenciar la actividad física en sustitución es una gran idea.
Por último, los especialistas recomiendan reducir el consumo de tabaco en el hogar. Los investigadores explican que por un lado fumar menos aumenta, indudablemente, la esperanza de vida de las personas. Por el otro, los hijos no verán a sus padres usar este producto, por lo que existirán menos posibilidades de que copien lo que ven en el ejemplo de sus progenitores.
Rutinas a incluir en casa
Este estudio pone en evidencia lo mucho que puede cambiar un hogar con el simple cambio de algunas rutinas como las señaladas. Estas pueden ser algunas prácticas que incluir en el día a día con el mismo fin:
– Comer sin prisas. Comer rápido hará que el estómago no pueda enviar la señal al cerebro de su saciedad, por lo que se podrá seguir ingiriendo alimentos por encima de los niveles recomendados. Unos 20 minutos es lo recomendado antes de soltar los cubiertos y dejar de ingerir.
– No saltarse las comidas. Ayunar durante una de las 5 comidas del día hará que el organismo reaccione absorbiendo más grasas en cada ingesta. Una práctica para nada saludable.
– Menos pantalla. ¿A los peques les gusta el fútbol, o cualquier otro deporte? Que no sean espectadores tras la pantalla, que salgan a la calle y lo practiquen, sin duda lo disfrutarán mucho más.
– Predicar con el ejemplo. Nota para los padres, pueden apuntar a sus hijos a actividades físicas y demás prácticas. Pero lo mejor para inculcar un estilo de vida saludable es que los más pequeños vean a los más grandes comportarse de este modo. ¿Por qué no practicarlo todo en familia?
Damián Montero
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