Las altas temperaturas empiezan a ser el denominador común de nuestro día a día. Las mangas largas dentro de nada serán cosa del pasado, comienza el cambio de armario. La ropa de invierno se guardará hasta el descenso del mercurio y las prendas de verano tendrán se pondrán al alcance de la mano para poder combatir el calor.
Un cambio de armario puede parecer algo sencillo, sin embargo este trabajo se torna una ardua tarea si se pospone demasiado. Es en estos momentos, en la época de transición de unas temperaturas frías a otras más cálidas cuando se tiene que hacer. Sacar las prendas veraniegas y guardar las de invierno es parte de la operación verano y hoy te contamos cómo tener éxito en esta empresa.
El cambio de armario perfecto
Si en casa ya no necesitáis tanta manga larga y en las perchas se precisan de camisetas más ligeras para enfrentarse al aumento de las temperaturas, ten en cuenta estos consejos:
– Lavar la ropa antes de guardarla. Aunque ya no vayan a utilizarse, se recomienda lavar la ropa antes de guardarla hasta la temporada que viene. También se aconseja utilizar productos que dentro de las cajas eviten los malos olores o el ataque de polillas que puedan deteriorar las prendas.
– Buen momento para reciclar. La hora de guardar la ropa es un gran momento para revisar las prendas que se hayan utilizado y otras que no. Ya sea porque se quedaron pequeñas tras el estirón de los niños o por desgana, en lugar de mantenerlas se pueden donar a obras de caridad.
– Antes de guardar la ropa, limpiar el altillo. Después de casi un año sin visitarse, el altillo ha podido acumular suciedad. Antes de guardar las cajas con la ropa de invierno, se debe limpiar esta zona alta de los armarios.
– Mantener cierto orden. A la hora de guardar la ropa se recomienda mantener un cierto orden, apilar las prendas por quienes lo usan o por estilo: los abrigos con los abrigos, las sudaderas con las sudaderas y poner un indicativo en la caja de a quién pertenecen. En unos meses será de agradecer este detalle.
– Momento de reparación. Antes de guardar la ropa de invierno es un buen momento para repasar si precisa de alguna reparación. Un botón caído, una mancha, una grieta, etc. Es mejor arreglar estos problemas en lugar de esperar y encontrarse con que la prenda que se va a utilizar tiene un desperfecto.
– Dejar una manga larga a mano. Quizás los abrigos largos y gruesos no hagan falta, pero algunas noches de verano sí que puede necesitarse de una manga larga fina para afrontar ese fresco nocturno.
– Ordenar la ropa de verano. Ya están fuera las prendas que se van a utilizar. Nada mejor que darles cierto orden dentro del armario para encontrar de forma rápida la ropa que se precise.
Damián Montero
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