De vez en cuando recibimos un mail o un mensaje en el móvil en el que una empresa a la que en alguna ocasión hemos comprado un producto o un servicio nos anuncia que ha sido víctima de un ciberataque y le han robado nuestros datos. ¿Qué pueden hacer los hackers con ellos?
Cuando se produce una brecha de seguridad en alguna base de datos a la que habíamos facilitado voluntariamente nuestra información, lo primero que tenemos que pensar es cómo de sensibles eran esos datos. Por ejemplo, en la mayoría de las tiendas (moda, belleza, una peluquería…) almacenan datos con fines comerciales, para mandarnos publicidad. Suelen figurar el nombre, correo postal, correo electrónico, móvil, cumpleaños… pero no suelen tener asociada información de cuentas bancarias o tarjetas de crédito.
En esos casos, tenemos que estar muy atentos por si utilizan nuestros datos para enviarnos correos con la técnica del phising: los delincuentes se hacen pasar por una marca que conocemos, nos escriben gracias a los datos de los que disponen y nos derivan mediante un enlace a una web maligna donde se produce el engaño en forma de compra fraudulenta, de solicitud de más datos personales o de otras formas más graves de estafa.
Cuidado con las contraseñas débiles
Uno de los elementos que está en riesgo en este tipo de robos es el de nuestras contraseñas. Si cometemos el error de utilizar la misma contraseña con nivel de seguridad débil para muchos sitios web, en el momento en que los hackers tienen una base de datos de mails asociados a contraseñas débiles, pueden acceder a muchas más áreas privadas en otras muchas webs. Por eso es tan importante disponer de una contraseña diferente para cada acceso.
En el caso de nuestros hijos, suelen caer en el error de las contraseñas débiles e iguales en sus redes sociales y muchos juegos online que requieren identificación. Conviene revisar con ellos el nivel de seguridad que aplican. Además, es una práctica frecuente que compartan datos de sus cuentas con otros amigos. Es extremadamente peligroso porque el comportamiento de esas personas en su cuenta estará asociado a su identidad.
Hay algunas empresas e instituciones como bancos, hospitales, compañías telefónicas y de luz, servicios públicos, que almacenan información más sensible de cada usuario. Sus niveles de protección suelen ser muy elevados pero si nos avisan de un robo masivo de datos, debemos prestar atención especial a los movimientos bancarios en los siguientes meses.
María Solano Altaba. Directora de la revista Hacer Familia. Profesora de la Universidad CEU San Pablo
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