La vacuna es uno de los tratamientos más importantes entre los más niños. No solo ayudan a inmunizar a los más pequeños, sino que impiden que el resto de compañeros, ya sea en la escuela, en el juego o durante las extraescolares, se contagien de distintas afecciones. Son muchas las iniciativas que se ponen en marcha para garantizar la inmunización.
Medidas que abarcan desde la campaña de anuncio en donde las autoridades sanitarias recuerdan el calendario de vacunaciones, hasta otras herramientas más «agresivas» como la que propone el gobierno alemán. El ejecutivo teutón ha decidido poner en marcha una nueva batería de medidas para garantizar la inmunización, como las multas a los antivacunas.
Hasta 2.500 euros de multa por no vacunar
Tal y como anunciaba el ministro de Sanidad de Alemania, Jen Spah, el gobierno de su país trabaja en una propuesta de ley que garantice la vacunación en los hogares teutones. Para ello han pensado en sanciones económicas que pueden alcanzar hasta los 2.500 euros para aquellos padres que no hayan garantizado la inmunización en los pequeños.
Otra de las medidas que se han puesto sobre la mesa es imposibilidad de que los niños sin vacunar no puedan ser matriculados en las guarderías. Una herramienta que otros países como Italia ya están aplicando, un ejemplo es que en Bolonia ya se ha impedido la escolarización a unos 300 niños que no habían recibido el tratamiento de inmunización correspondiente.
Una decisión que responde a los brotes de sarampión que recientemente aparecieron en Europa por la decisión de varios padres de no vacunar a sus hijos. «Queremos proteger a todos los niños para que no se infecten con el sarampión. Por eso, cualquier persona que visite un jardín de infantes o una escuela debe vacunarse contra el sarampión», explicaba el ministro Spah.
La gran importancia de las vacunas
En palabras de Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, explica que «la vacunación obligatoria debería formar parte de un escenario concreto. En España las coberturas vacunales son elevadísimas, superiores al 95%, lo cual hacer una medida obligatoria puede tener efectos colaterales adversos que perjudiquen la política vacunal pública. Pero desde el momento en que se produce una desadherencia hacia la vacunación si habría que tomar medidas como la obligatoriedad de determinadas vacunas; siempre y cuando las coberturas vacunales disminuyeran».
García también añade que las vacunas «además de tener un efecto individual poderoso, evitan la enfermedad, tienen un efecto secundario positivo porque crean inmunidad colectiva, inmunidad de rebaño. Si un niño no vacunado está rodeado de niños vacunados va a ser complicada la circulación de los microorganismos que pueden dar lugar a la patología«.
Damián Montero
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