Viven bombardeados por una cantidad ingente de contenidos que no podemos controlar así que tenemos que prepararlos para que sean capaces de gestionarlos por ellos mismos.
El pensamiento crítico es fundamental en la era de la posverdad, la radicalización y las burbujas digitales porque es la única garantía de que nuestros hijos serán capaces de pensar por sí mismos sin dejarse arrastrar por las corrientes dominantes que sólo vienen avaladas por la presión del algoritmo.
Hablamos de todo en casa para explicar la realidad
Ningún tema se puede quedar fuera y más vale que hablemos cuanto antes porque si no sólo recibirán la información sesgada de fuentes poco fiables
Escuchamos con respeto sus opiniones y también damos las nuestras
El diálogo tiene que ser conversación bidireccional. El pensamiento crítico se desarrolla cuando hay razonamiento y comunicación abierta.
Explicamos el porqué para convencer, no para imponer
Ellos se van a fiar de nuestro criterio porque nos lo hemos ganado. Eso será la razón de más peso para que nos escuchen.
Abordamos cualquier tema aunque nos parezca “de mayores”
Es mejor hablar de temas complicados antes de tiempo que cometer el error de llegar tarde y que no supieran nada cuando se enfrentan a una realidad.
Aprovechamos películas y series para abordar cuestiones difíciles
No hace falta que vivamos en carne propia todo lo malo que puede pasar. También se puede escarmentar en cabeza ajena y la ficción es un ejemplo.
Utilizamos las noticias para que distingan el bien del mal
En su proceso de socialización, nuestros hijos necesitan que les expliquemos lo que ocurre alrededor y les demos herramientas para interpretar la realidad.