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Rutinas de higiene: un hábito que se adquiere por repetición

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Perdemos muchas fuerzas en pedir a nuestros hijos que se duchen, se laven las manos y los dientes. La repetición es la mejor forma de adquirir una rutina.

Inculcar hábitos de higiene en los niños es fundamental para su salud y bienestar. No solo les ayuda a prevenir enfermedades, sino que también les enseña responsabilidad y autocuidado. Aquí te presento algunas estrategias para lograrlo de manera efectiva:

1. Predica con el ejemplo: Los niños aprenden cuando nos observan a los adultos. Si te ven lavarte las manos con frecuencia, cepillarte los dientes y mantener una buena higiene personal, será más probable que imiten estas conductas. Más aún, empieza lavándote las manos con ellos, a la vez que ellos, y se sentirán mayores contigo.

2. Explica la importancia de la higiene: No basta con decirles que lo hagan; explícales por qué es importante. Utiliza un lenguaje sencillo y ejemplos prácticos. Puedes hablarles sobre los gérmenes y cómo pueden enfermarlos, o cómo el mal olor puede incomodar a los demás. Transmíteles cómo con gestos muy pequeños, mejoramos mucho nuestra salud.

3. Convierte la higiene en un juego: Para los niños pequeños, la diversión es clave. Canta canciones mientras se lavan las manos, utiliza jabones con formas divertidas o crea un sistema de recompensas con pegatinas por cada hábito cumplido.

4. Repite rutinas claras todos los días: La repetición es fundamental para crear hábitos. Define horarios fijos para el baño, el cepillado de dientes y el lavado de manos, especialmente antes de comer y después de ir al baño. Que se convierta en una sucesión de actividades que interioricen sin pensar.

5. Involúcralos en el proceso: Esto les dará un sentido de pertenencia y les motivará a usarlo. Permíteles elegir su propio cepillo de dientes, gel de ducha o jabón para las manos. Deja que poco a poco vayan aseándose ellos solos.

6. Sé paciente y constante: No esperes resultados inmediatos. La adquisición de hábitos lleva tiempo y requiere paciencia. Refuerza positivamente cada pequeño avance y evita regañarlos si olvidan algo. Simplemente vuelve a hacer hincapié sin darle demasiada importancia7. Adapta las rutinas a su edad: Las necesidades de higiene varían según la edad. Cuanto más autonomía les damos, mejor se sienten porque crece su autoestima. Vigila que lleven a cabo sus rutinas pero sin atosigarlos. A veces es mejor un pelo peor aclarado que un niño que no se siente capaz de ducharse solo.

Alicia Gadea

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