Más de 28 millones de españoles acceden cada día a las redes sociales. Y el primer contacto de los niños con ese mundo se da a una edad en la que todavía están creciendo y en la que se están construyendo una imagen mental de lo que es la realidad y la perfección. Según el Estudio IAB DE REDES SOCIALES 2024 la segunda red social más utilizada entre los adolescentes (12-17 años) es TIkTok, cuyo uso no ha dejado de aumentar desde su lanzamiento en 2016. Las redes sociales son un espacio en el que los adolescentes dedican gran parte de su tiempo, lleno de elementos negativos que deterioran su autoestima, su percepción del mundo y su capacidad de concentración, pero donde ellos se sienten reafirmados porque forman parte de una comunidad en la que se apoyan para construir su propia identidad.
Redes sociales: el primer contacto de los niños y su influencia en la construcción de la realidad
En esta era de las redes sociales, la belleza parece que se ha convertido en una de las principales preocupaciones. Desde el surgimiento de Facebook hace ya 20 años, han tenido algunos pros y demasiados contras. Por ejemplo, al mismo tiempo que han sido una gran herramienta para la normalización de determinados tipos de cuerpos, por desgracia han exaltado determinados cánones de belleza y han potenciado problemas de salud mental relacionados con el reconocimiento personal. Los filtros que falsean la realidad y el llamado “postureo” que muestra imágenes idealizadas, están afectando especialmente a niñas y adolescentes.
Durante los últimos años, las redes sociales han popularizado productos y comportamientos que antes no eran habituales en niñas y adolescentes, como el uso del maquillaje, las rutinas de belleza y la industria del skincare. Cada vez son más jóvenes las niñas que tienen acceso a ese contenido, novedades en cremas, lo último de las propiedades antioxidantes, el nuevo maquillaje o un video de una rutina súper complicada para cuidarse la piel. Esta exposición ha llevado a que muchas adolescentes desarrollen una obsesión por la belleza y las rutinas de skincare, que, en muchos casos, no son necesarias, lo que ha dado origen a la «cosmeticorexia», una obsesión por los cosméticos.
Un uso saludable de las redes
Por ello, es crucial que los padres tomen un papel activo en guiar a sus hijos para que se enfrenten con criterios sólidos a este complejo entorno digital, fomentando una relación saludable con su propia imagen, limitando el contenido que consumen y abordando lo que ven en el seno del hogar para evitar problemas de salud mental. Las redes sociales tienen un gran impacto en la autoestima de los adolescentes porque es importante fomentar un diálogo abierto. Iniciar conversaciones en las que libremente puedan compartir sus experiencias y sentirse escuchados y comprendidos. Al mismo tiempo, educarlos sobre la realidad de las imágenes que consumen, que pueden ser fotos retocadas o editadas ayuda a que desarrollen un pensamiento crítico y a cuestionar los estándares de belleza que presentan las redes sociales. El desarrollo de este pensamiento crítico les ayudará a reforzar la importancia de la autoestima recordándoles que tienen unas cualidades únicas y que la belleza viene en diversas formas y tamaños; eso que cultiven una imagen más positiva y realista de su propio cuerpo y sepan interpretar lo que vean en las redes.
Establecer límites en el uso de las redes sociales es otra herramienta que puede promover un equilibrio saludable en sus vidas. Definir tiempos o los tipos de contenido no sólo ayuda a los adolescentes a desconcertar sino que también le permite dedicar tiempo a otras actividades. Fomentar intereses fuera del ámbito de las redes, como los deportes, artes, música o actividades al aire libre puede ser clave para su desarrollo emocional y social. Además, incentivarlos a potenciar su creatividad, animándoles a crear contenido que refleje sus verdaderos intereses y pasiones, es una forma efectiva de hacer que se sientan valorados por quienes son realmente, en lugar de por su apariencia.
Finalmente, ofrecer apoyo emocional y ser un modelo a seguir en esta relación respecto a las redes sociales y la belleza es esencial para enseñarles cómo navegar en este entorno digital. Hablarles abiertamente de la cosmética o la perfección estética y los riesgos, mostrando así que es normal tener dudas sobre la apariencia, puede ayudarles a reconocer la importancia de cuidar su salud mental y emocional.