La tasa de abandono escolar temprano en adolescentes “es muy elevada en nuestro país”, especialmente entre los chicos (16,5%), significativamente más alta que la de las chicas (11,2%). En España el abandono escolar sigue siendo un problema, en 2022 esta tasa fue del 13,9%, aunque en descenso, si lo comparamos con otros países de la Unión Europea sigue siendo alta.
Este abandono escolar puede tener consecuencias sociales y económicas importantes. En una sociedad en la que los estudios son cada vez más importantes, los jóvenes que no completan la educación secundaria se enfrentan a mayores dificultades para encontrar un empleo estable y bien remunerado.
Son muchas las razones que pueden llevar a un niño al fracaso o abandono escolar como por ejemplo los trastornos del aprendizaje o desarrollo, y otros como falta de interés. Durante la vida educativa de los niños el apoyo familiar se vuelve esencial para que se sientan motivados y acompañados. Un entorno familiar estable, donde el diálogo, la comunicación y el interés por los estudios sean los pilares, puede marcar la diferencia y prevenir el abandono escolar. De hecho, las investigaciones científicas muestran una clara correlación entre la importancia dada a los estudios en el hogar y el nivel de logro en la educación de los hijos.
Más importante aún es este apoyo en la adolescencia, cuando comienzan a forjar su identidad. La vida social comienza a cobrar más importancia y desvincularse de la familia es una parte crucial de quienes son. Durante esta etapa son personas con gran impulsividad e impredecibles, además la vida social cobra una mayor importancia, y no es infrecuente que dejen de ver los estudios como una prioridad, pierdan cierto interés y bajen el rendimiento académico como consecuencia. Sus decisiones pueden ser erráticas y, añadido a que aún no saben prever las consecuencias de una decisión hecha desde la impulsividad y el arrojo que les caracteriza, dejar el colegio podría ser algo que marque su futuro para siempre.
Además durante la adolescencia la apatía, el desánimo o el rechazo son comunes en esta etapa. Saber cómo motivarlos a estudiar puede hacer una gran diferencia en la manera en la que se enfrentan a los estudios.
Organización
Enseñarle a alguien a organizarse puede ser un reto, pero más lo es para cuando es un adolescente, que tiene mil cosas en la cabeza. Organizarse es una habilidad crucial para su éxito académico y futuro.
Enseñarle a organizarse implica muchas cosas. Tiene que establecer un horario, semanal, en el que sus horas están distribuidas entre todo lo que tiene que hacer sin dejar de lado el ocio. Enséñale a priorizar, que sepa distinguir entre importante o urgente es clave para luego poder establecer metas realistas.
Para motivarlos a estudiar es fundamental el espacio de trabajo, que además de estar libre de distracciones como un móvil o la tablet, debería ser un lugar tranquilo, ordenado y con buena iluminación. No importa si tiene que compartirlo o no. No tiene que ser perfecto, sino adecuado. De hecho, muchos adolescentes empiezan a utilizar bibliotecas en esta época porque así se alientan los unos a los otros para estudiar más.
Establecer objetivos realistas
Trabajar de forma conjunta para establecer metas realistas y alcanzables, mirando más a corto plazo que a largo. Resulta muy útil dividir las tareas o los temas a estudiar en metas y objetivos más pequeños, les da una sensación de que están consiguiendo las cosas y eso les motiva para seguir.
Celebrar con ellos además sus pequeños logros. No se trata de recurrir a premios, que sería contraproducente, sino de festejar juntos en familia cada meta superada, aunque sea pequeña, para demostrarle lo importante que es para todos.. A veces aunque los resultados no son los esperados, elogiar y valorar su esfuerzo también es importante. Todo esto aumentará su motivación y confianza.
Comunicación
Sin embargo, si no han sido capaces de alcanzar los logros marcados, aunque los haya establecido él, recurrir al castigo es un error. Comunícate con él, sentaos juntos y analizad la situación. Estableced acciones para mejorar. Confía en su criterio. Es capaz de ponerse algunos límites para mejorar.
Como padre tienes la misión de asegurarte que tu hijo se sienta apoyado y comprendido. Intenta brindarle un espacio seguro donde pueda expresar sus emociones y recibir consuelo. Escuchalo, sin juzgar, sé su guía. Comunicar ayuda a que ambas partes se entiendan, y no se imponga la voluntad de uno.
Equilibrio entre estudio y ocio
A medida que vaya superando cursos los estudios ocupan mucho más tiempo que el ocio. Pero para lograr un buen rendimiento académico y bienestar emocional del estudiante tiene que haber un equilibrio. Es importante que aprendan a gestionar su tiempo de tal manera que puedan disfrutar de actividades de ocio sin que afecte a sus responsabilidades académicas. Por eso es importante que tengan un horario de estudio y se organicen para cumplir las metas que se han establecido. Los momentos de ocio permiten desconectar y reducir el estrés que pueden causar los estudios.
Prevenir el abandono escolar, a menudo vinculado a la desmotivación, es una inversión en el futuro de nuestra sociedad. Cada estudiante es único y necesita un apoyo específico. Al trabajar en conjunto la familia, las escuelas y la sociedad se pueden dar los recursos y el apoyo para que los estudiantes puedan alcanzar su máximo potencial, sintiéndose motivados y confiados.