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No procrastinar: 3 claves para recuperar tu tiempo 

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Con la cantidad de estímulos y distracciones que nos ofrecen las nuevas tecnologías nos encontramos posponiendo muchas cosas y la rutina de procrastinar se ha colado en nuestra vida diaria.

Desde las más pequeñas como es levantarte cuando la alarma suena por primera vez, hasta hacer esa cosa que estás evitando desde hace días, ya sea ordenar el armario, responder ese correo electrónico importante o empezar a estudiar para ese examen. ¿Por qué nos cuesta tanto empezar las cosas? 

Cuando dejamos las cosas para último momento, no es solo porque seamos desorganizados afirma este estudio. La procrastinación depende de la persona y su personalidad, en ocasiones puede ser simplemente porque no nos apetece, pero otras muchas veces está relacionado con emociones como el miedo al fracaso, la sobrecarga, la falta de motivación o la búsqueda de gratificación instantánea. La procrastinación es un sistema de defensa que nos ayuda a evitar la ansiedad o el estrés en el corto plazo, aunque a largo plazo nos causa más problemas que nos soluciona. 

3 claves para no procrastinar

La procrastinación puede ser un bache en el camino para alcanzar el éxito. Te ofrecemos tres estrategias clave para vencerla y alcanzar tus objetivos.   

Organiza tu día 

“La receta para una buena vida es simple: aclárate con lo que quieres y deshazte de todo lo demás.” afirma Darius Foroux autor del libro Hazlo hoy. Aunque en ocasiones nos gustaría ser productivos las 24 horas del día para poder realizar todas las tareas pendientes, la realidad es que necesitamos descansar y recargar energías.

Por eso una planificación clara, sabiendo que hacer y cuando, te mantendrá enfocado y evitará que la procrastinación gane la partida. Para avanzar de manera efectiva es crucial establecer metas claras y alcanzables. Dividir esas metas en tareas más pequeñas y asignarles plazos realistas, no solo nos ayudará a mantenernos motivados al ver los progresos sino que nos ayudarán a evitar el estrés y la sobrecarga. 

Pero más importante aún, encuentra tu horario. Cada persona tiene un ritmo diferente. 

Averigua cuando tu energía está en su punto máximo  y programa las tareas más complejas en esos momentos. Aprovecha los periodos de menor energía para tareas más sencillas o descansar.

Desconecta de internet 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 8 horas de sueño. Sumando las 8 horas de trabajo y 2 de comida, nos quedan 6 horas libres. Sin embargo, los españoles entre 16 y 64 años dedican una media de 6 horas diarias a internet, dejando poco tiempo para otras tareas. El móvil, diseñado para ser adictivo, es el mayor obstáculo para la productividad del siglo XXI. Como dice Darius Foroux “No intentes convencerme de que no te gustaría elevar tu productividad un 26% con un solo cambio poco importante: el uso del móvil”. 

Desconecta el cuerpo y la mente

La actividad física está estrechamente relacionada con la productividad, hacer actividad física regularmente ayuda a reducir los niveles de estrés, aumenta los niveles de energía y mejora la concentración. Además ese deporte acompañado de una dieta equilibrada favorece a que nuestro cuerpo funcione correctamente.  

Sin embargo, no solo hay que liberar al cuerpo del estrés. La mente también necesita tiempos de desconexión, tiempo que utiliza para procesar la información que ha estado recibiendo. Las vacaciones y el tiempo libre permiten que el cerebro descanse y se recargue, favoreciendo la creatividad y la resolución de problemas. “Mente sana en cuerpo sano” 

En nuestra sociedad actual, acelerada y sobre exigente, la productividad se ha vuelto una característica imprescindible. Sin embargo, ser productivo no se trata de estar más horas frente a un ordenador, sino de trabajar las mismas horas de manera más inteligente, optimizando recursos y tiempo. 

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