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Ideas para gestionar la ansiedad en adolescentes

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¿Cómo podemos gestionar la ansiedad de los adolescentes? El agobio por los exámenes, la dificultad para organizar adecuadamente su tiempo, los naturales cambios de humor propios de esta etapa, la tensión entre su responsabilidad y su necesidad de socializar, configuran el caldo de cultivo perfecto para que la ansiedad en adolescentes sea uno de los mayores retos que se nos plantean a los padres a la hora de educar a los hijos. Te damos algunas claves que te ayudarán a tranquilizarlos y a que la vida les sea más sencilla. 

1. Cuestión de confianza

El origen de la ansiedad en adolescentes suele ser la falta de seguridad y confianza en lo que son capaces de hacer. En esta etapa en la que, por culpa de la constante transgresión de límites, tendemos a recalcar a menudo todo lo que hacen mal, debemos prestar especial atención a lo mucho que hacen bien para que crean en ellos. Y nos corresponde a nosotros aportarles una visión positiva del fracaso, que no es el final del camino sino una meta volante sobre la que seguir mejorando. 

2. Ganar en autonomía

El paso de la infancia a la juventud no es sencillo. Uno de los aprendizajes necesarios es crecer en autonomía personal, no depender tanto de los adultos. Y esto puede generar ansiedad en los adolescentes. Por eso, nuestra mejor manera de ayudar es dejar que hagan las cosas por sí mismos, intervenir lo mínimo posible y mostrar nuestro orgullo cuando consiguen sus resultados.

3. Trabajar la resiliencia

La resiliencia no consiste en superar todos los obstáculos y resolver todos los problemas. La resiliencia consiste en la capacidad para levantarse cuando todo ha salido mal y, además, no podemos evitar lo que nos ha tumbado. Trabajar la resiliencia con nuestros hijos es fundamental para controlar la ansiedad en adolescentes porque no son pocas las ocasiones en las que tienen que comprender que no hay nada que puedan hacer para evitar las situaciones que tienen por delante. Comprender que, en ocasiones, la realidad escapa a nuestro control es una buena manera de abordar la vida.

4. Relativizar los problemas

Es difícil trabajar este objetivo porque no relativizar los problemas, magnificar lo que les preocupa, les ilusiona, les motiva o les inquieta, es, precisamente, uno de los sellos de identidad de la adolescencia, que se caracteriza por esa pasión que le ponen a todo lo que viven. Por eso, para trabajar la ansiedad en adolescentes, tenemos que enseñarles a poner cada situación en su contexto sin caer en el error de ningunear los naturales sentimientos que están experimentando. El equilibrio es complejo, pero el resultado merece la pena.

5. Buscar motivación intrínseca

Uno de los motivos por los que detectamos tanta ansiedad en adolescentes es que se agobian cuando no comprenden el porqué de las cosas, cuando no encuentran una motivación que resulte motor para el esfuerzo que el mundo les está pidiendo. Los adultos cometemos el error de pedirles que se motiven pensando en su futuro profesional, pero para ellos está tan lejos que les cuesta visualizarlo. Es más sencillo que traten de sacar fuerzas de esos dones que tienen y que pueden poner al servicio de los demás. 

6. Organizar mejor su tiempo

Un problema habitual en los hogares con la llegada de los hijos a los cursos superiores de su etapa escolar es que, ante el paulatino aumento de tareas y contenido para evaluar, tendemos a prescindir de extraescolares para centrar la atención en el estudio. Es un error, porque los hijos pierden esa vía de escape del agobio que les genera el colegio y no encuentran recursos para controlar su ansiedad. Es mejor que aprendan a organizar su tiempo de manera adecuada, que tengan momentos de máxima concentración y otros de esparcimiento, que vayan justos de hora en algunas ocasiones para que aprovechen mejor los minutos que tienen y que se demuestren a sí mismos que no había que prescindir de nada. 

7. Estar a su disposición, sin agobiar

Esos adolescentes callados y taciturnos tienen muy poquitas ventanas de comunicación. Dicen los expertos que, si un adolescente muestra deseos de hablar con nosotros y justo en ese momento nosotros estamos en la cocina friendo croquetas, la mejor opción es que se quemen las croquetas. Esta anécdota ilustra la importancia de la gestión emocional para hacer frente a la ansiedad en adolescentes. Tenemos que estar preparados para cuando nos necesitan, tenemos que mostrarnos cercanos aunque no nos necesiten, restarle importancia a los fracasos, alentar los éxitos y generar esa idea de que nuestra casa es hogar.

8. Gestionar sus emociones

Los jóvenes son una olla a presión de las emociones. Y la ansiedad en adolescentes no hace sino calentar más esa olla que amenaza con estallar. Por eso, darles herramientas para gestionar sus emociones es la vía más segura para mantener a raya su salud emocional. Para conseguirlo, debemos animarles a que practiquen deportes, no pierdan sus hobbies y salgan con sus amigos.

Deben dedicarse un tiempo a sí mismos, a meditar, a rezar si son creyentes, a pensar sobre sus logros y a reconducir sus fracasos. Y lo más importante es que, cada día, cuando vuelvan a casa, ese momento juntos alrededor de la mesa sea divertido, tranquilizador, esperanzador. Es el momento de hacer familia, de construir los recuerdos que sustentarán sus emociones, de conjurar a la ansiedad en adolescentes con el mejor de los remedios, que es sentirse queridos. 

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