Hora de apuntarse a catequesis y grupos de oración: la importancia de cuidar la vida interior
El arranque de curso no es sólo para los colegios. Las parroquias también empiezan su actividad pastoral con niños, jóvenes y adultos con las catequesis para preparar los Sacramentos (Comunión, Confirmación, Bautismo de adultos, Matrimonio). Además, tanto desde las diócesis como desde diversas realidades de la Iglesia, ofrecen un sinfín de actividades para vivir la fe y compartir nuestra experiencia en comunidad.
En estos tiempos de vida excesivamente acelerada en los que grandes y pequeños saltamos de un compromiso a otro en medio de una inagotable lista de tareas pendientes, es muy importante reservarnos los momentos necesarios para cuidar de nuestra vida interior. Ayuda mucho el completar nuestra formación tanto para ir preparando los Sacramentos como para mantener nuestra fe al día, dar razón de los motivos por los que creemos y conocer qué dice la Iglesia sobre los problemas que nos afectan. Explicamos algunas razones por las que es bueno cuidar de nuestra fe en comunidad.
Nos prepara para recibir los Sacramentos (Comunión, Confirmación, Matrimonio…)
Para los niños, son sus primeros pasos en la vida espiritual. Para los adolescentes, la consolidación de su fe. El camino de preparación puede parecer algo tedioso cuando vivimos en una sociedad en la que ya no es tan habitual que todos los niños hagan la Comunión y los jóvenes se confirmen. Pero precisamente eso hace muy especial la oportunidad que se les da de acercarse a una fe que, sólo desde el conocimiento, ellos podrán decidir si quieren vivir.
Nos ayuda a comprender las razones de la fe y a dar cuenta de ellas
Tener fe y vivir la fe no implica necesariamente comprender esa fe que experimentamos. Ir a catequesis o a cualquier grupo de oración, escuela de formación o actividad organizada por una parroquia o una realidad de la Iglesia es una manera de entender mejor la fe y, además, así poder explicarla a los demás.
Nos sirve como guía en un mundo que muchas veces va contra corriente
Este tipo de encuentros de fe nos ayudan a reflexionar sobre temas complicados en nuestra sociedad y nos aportan la perspectiva de la doctrina social de la Iglesia respecto a la realidad que nos rodea.
Nos enseña a relativizar con aquellas contrariedades de nuestro día a día
Cuando Dios está en el centro, los problemas que se nos van acumulando en el día a día pierden relevancia a nuestros ojos, porque comprendemos que no son tan importantes y sentimos que tenemos ayuda para afrontarlos.
Nos introduce en una comunidad donde encontraremos apoyo y amistad
Caminar solo en la fe, más en una sociedad cada vez más secularizada, resulta a veces difícil. Participar en las actividades que nos propone nuestra comunidad nos ayuda a sentir la unidad de los creyentes y nos da el apoyo necesario para seguir avanzando.
Nos fuerza a reservar un momento concreto para nuestra vida espiritual
En medio del estrés cotidiano, si nos hemos “apuntado” a una actividad, es más fácil que “reservemos” ese momento especial para dedicárselo a Dios y a nuestra comunidad.
Nos permite encontrar la perspectiva sobrenatural que necesitamos
El mundo es un lugar incómodo si no le encontramos una razón de ser que trascienda a los problemas cotidianos. La perspectiva sobrenatural nos la da nuestra vida de fe.