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El arte de la hoja en blanco

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El verano es una muy buena oportunidad para que los niños puedan potenciar habilidades y capacidades que les hagan crecer. La creatividad, no solo se desarrolla en las aulas, ni con actividades dirigidas, sino que en los momentos de ocio, juego, relación social y diversión pueden potenciarla de manera significativa.

La creatividad es una herramienta fundamental para los más pequeños que les permitirá conocer el mundo que les rodea. Con la imaginación como instrumento, conseguirán, además, desarrollarse intelectualmente y expresar, con mayor facilidad, sus sentimientos e inquietudes. Por ello, es muy importante trabajarla y potenciarla desde las primeras edades.

Todos los niños son creativos. El desarrollo de esta faceta y los éxitos o satisfacciones que su uso les ofrezca, les aportará ganas de explorar aquello que les rodea y da confianza. De este modo, los niños aprovechan la curiosidad que tienen por lo desconocido para abrirse al mundo, desarrollar su ingenio y la imaginación a partir de las experiencias que van teniendo. Esto ayuda a que sean más independientes en su forma de pensar, aumentando su autoestima y dejando de lado los miedos.

Además, la creatividad es una herramienta clave para su desarrollo como personas ya que lleva implícito una serie de razonamientos y soluciones a problemas que, en el futuro, será un proceso constante en la vida de las personas.

El papel de las familias para conseguir que sus hijos no dejen de lado su creatividad es fundamental. Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay que darles la oportunidad para que desarrolle esta faceta y nunca se debe inhibir a un niño cuando tiene ganas de hacer o expresar algo. Es necesario facilitar su espontaneidad, bajo unas normas y directrices. Aun así, hay que darles facilidades para que improvisen y para que, dentro de esos objetivos, esté el desarrollar la creatividad, por lo que, debería ser la parte principal de nuestro trabajo en infantil.

Un escenario adecuado, una canción, una historia, un juego o distintos materiales, recursos o herramientas que les resulten atractivas y les motiven son suficientes para poder trabajar con ellos la creatividad. Esto unido a distintas estrategias para despertar su imaginación surtirá el efecto necesario para estimularles y hacerles entrar en acción. Hay que tener presente que lo importante es darles libertad y ayudarles a superar las dificultades. El efecto que una hoja en blanco puede causar dificultad y hasta bloqueo a un escritor, a los niños les incentiva para poder expresar lo que quieran y como quieran.

La mayoría de los niños tienen capacidad para crear un dibujo de manera espontánea, cuentan con una creatividad, que, al darles la oportunidad, la sacan al exterior y la desarrollan. Pero también hay muchos que necesitan una ayuda. Tenemos que ser capaces de detectar esa necesidad y darle al niño la seguridad y confianza o los medios para que se inicien. A veces, puede ser de gran ayuda hacer nosotros de modelo y darles algún ejemplo, pero en una primera fase porque el modelo les puede llevar a la repetición o copia y, así, no potenciamos la creatividad.

Pero en general, puede bastar con que dibujen lo primero que se les ocurre, con que experimenten y creen lo que imaginan, con que manipulen las distintas formas y materiales que les podamos facilitar y con que les acerquemos a la naturaleza para estimularles los sentidos y contribuir a la necesidad que tienen de expresar sus ideas. Esta libertad de expresión les garantiza, además, una estabilidad emocional.

Pero sin lugar a dudas lo principal para que la creatividad de los niños fluya es que disfruten con aquello que hacen, que no sea una obligación, cumpla sus expectativas y que les reporte la satisfacción suficiente como para darle una continuidad en casa y un hábito para etapas posteriores.

María Campo