Cada año, alrededor de 250.000 estudiantes se presentan a los exámenes de la EvAU (Selectividad o EBAU, enfrentándose a al menos cuatro exámenes de 90 minutos cada uno. Según datos recientes del Ministerio de Universidades, más del 96 por ciento de los estudiantes aprueban. Sin embargo, pasar esta prueba no garantiza alcanzar la nota de corte necesaria para el grado deseado. Los nervios y la ansiedad pueden ser grandes obstáculos en este proceso.
«La carga emocional que provocan los exámenes de la EvAU es muy específica. Conocemos el impacto de fallar, la autoexigencia, las expectativas propias y ajenas, la presión social, y las esperanzas que dependen del resultado,» explica Mireia Cabero, profesora colaboradora en los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Además, existe una creencia errónea de que la vida académica y profesional está completamente determinada por los resultados de estas pruebas. «Cuando una experiencia reúne tanta carga vital en una etapa donde la madurez emocional aún no se ha desarrollado por completo, el cerebro siente las emociones con mucha intensidad. No es fácil gestionarlas, especialmente a determinadas edades, por lo que reducir esta intensidad se vuelve complicado,» añade. Cabero advierte que una emoción intensa y mal gestionada es una bomba de relojería, que puede estallar en cualquier momento y jugar malas pasadas.
Montserrat Lacalle, también profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, opina que no solo se trata de nervios. Cuando un alumno se queda en blanco o no puede responder adecuadamente en un examen, probablemente ya está en el rango de la ansiedad. «Debemos ser capaces de diferenciar los nervios y la preocupación sana por el rendimiento en un examen de la ansiedad, que puede dificultar el rendimiento,» aclara.
Estrategias para superar los nervios del examen
¿Cómo combatir ese estado de nervios, ese malestar emocional y enfrentarse a los exámenes de la EvAU de la mejor manera posible? Hablar con amigos y compañeros sobre cómo se siente uno puede ser útil. «La mirada y el apoyo de otros nos hacen sentir acompañados, nos ayudan a relativizar, a ver nuestro potencial y a pensar de manera más positiva respecto a los exámenes,» afirma Mireia Cabero.
Sin embargo, todo depende del interlocutor. Montserrat Lacalle advierte que «puede ser contraproducente si la otra persona también está ansiosa o extremadamente preocupada por los resultados».
La clave para manejar el estado emocional, tanto en los días previos como el día del examen, es «centrarse en cambiar nuestro pensamiento,» asegura Lacalle. «Muchas veces los alumnos se exigen aprobar y tienen pensamientos irracionales ante el examen. Si no consiguen una buena nota, empiezan a pensar que su valor individual está comprometido,» explica. Su recomendación es afrontar el examen con la importancia que tiene, pero sin exagerar sus consecuencias. Considerar el examen como algo crucial puede desencadenar ansiedad y esto puede dificultar el rendimiento.
Mireia Cabero aconseja adoptar buenos hábitos emocionales como la relajación física, la respiración profunda, confiar en uno mismo, fomentar pensamientos realistas, relativizar la importancia del examen, perder el miedo a fallar, visualizarse tranquilo y seguro durante el examen, practicar deporte para liberar tensiones y meditar para vivir con mayor conciencia y distancia emocional los exámenes.
Las 4 cosas que no debes hacer durante los exámenes
Para que los nervios no jueguen malas pasadas, Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, recomienda evitar ciertas conductas durante los exámenes de la EvAU:
1. Responder las preguntas en el orden en que aparecen
Hacer una primera lectura del examen y luego empezar por las preguntas que se sepan con seguridad.
2. Ponerse nervioso ante un bloqueo
Si hay un bloqueo, detenerse y pensar en otra cosa para desconectar, luego intentar retomar el examen.
3. Comprobar las respuestas entre exámenes
Después de cada examen, es mejor apartar la materia y preparar mentalmente el siguiente examen.
4. Seguir estudiando durante la selectividad
Es importante permitir momentos de descanso para que el cerebro y el cuerpo puedan recuperarse.
Los padres podemos ayudar apoyando y dando seguridad. ¿Cómo? Explicando a nuestros hijos que el éxito también está en el proceso y no solo en el resultado, ya que hay factores fuera del control del alumno. Concretamente, Montserrat Lacalle aconseja «mostrar apoyo incondicional y ayudar a relativizar el valor de la prueba». Mireia Cabero sugiere que «los padres fomenten buenos hábitos y horarios de estudio, cuiden del descanso y la alimentación de sus hijos, transmitan confianza, y eviten amenazas».
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Mireia Cabero, profesora colaboradora en los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Montserrat Lacalle, también profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC
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