La lectura es una actividad que desempeña un papel fundamental en nuestra vida diaria, pero su impacto en la salud ocular puede variar según el medio en el que se realiza. Tanto la lectura en papel como en dispositivos digitales pueden afectar la salud visual de diferentes maneras.
Por un lado, la lectura en papel ofrece una experiencia más natural y menos fatigosa para los ojos, ya que el papel no emite luz propia y la distancia entre los ojos y el texto suele ser más constante. Sin embargo, leer en dispositivos digitales, como tabletas o teléfonos inteligentes, puede generar mayor fatiga visual debido a la luz emitida por las pantallas, el brillo y los reflejos, así como la necesidad de enfocar constantemente a diferentes distancias.
Además, el tiempo dedicado a la lectura en dispositivos electrónicos puede influir en el llamado «síndrome visual informático», caracterizado por síntomas como sequedad ocular, irritación, visión borrosa y fatiga visual. Para mitigar estos efectos negativos, es importante ajustar la iluminación de la pantalla, descansar la vista periódicamente y seguir la regla del 20-20-20: cada 20 minutos, apartar la vista de la pantalla y enfocarla en un objeto a unos 20 pies de distancia durante al menos 20 segundos.
La exposición prolongada a las pantallas, la vista cansada o la disminución del tiempo dedicado a actividades al aire libre son algunas de las principales preocupaciones. «En la red y en la sociedad podemos encontrar mucha información circulando sobre buenos o malos hábitos relacionados con la forma en la que leemos, pero no todos son ciertos y muchos de ellos tienen matices. Por eso, queremos detenernos en los mitos más comunes para aclararlos y fomentar unos hábitos de lectura saludables», explica el Dr. Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, oftalmólogo del Instituto Fernández-Vega.
En el marco del Día Internacional del Libro, el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV), desmiente algunos mitos que circulan, tanto en la red como entre la población, sobre el impacto de la lectura en la vista. Una cuestión de gran relevancia ya que más del 60% de los españoles tiene el hábito de leer en su tiempo libre y de ellos el 30% lo hace de forma digital, según indica el estudio sobre Hábitos de Lectura elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España.
Mitos y realidades sobre la salud ocular y la lectura
Mito: Leer en dispositivos digitales es malo para la vista
Realidad: si bien los libros impresos siguen siendo la opción preferida por los españoles, son muchos los que reemplazan la lectura tradicional por dispositivos electrónicos como e-readers, tabletas o móviles. Aunque los libros electrónicos están ideados para tener una experiencia lectora óptima, los que usan tabletas o móviles pueden sufrir molestias oculares o fatiga visual debido al tipo de luz de estos dispositivos e incluso a los reflejos en la pantalla que pueden entorpecer y reducir la nitidez de la imagen.
Lo ideal para mitigar estos efectos negativos es ajustar la iluminación para no crear esos reflejos en la pantalla, utilizando buena luz natural aunque se lea en dispositivo electrónico, además de descansar la vista cada 20 minutos aproximadamente.
Otro aspecto a tener en cuenta es que las personas que miran fijamente una pantalla durante períodos prolongados tienden a no parpadear con tanta frecuencia como de costumbre, lo que puede provocar que los ojos se sequen, por ello hay que ‘obligarse’ a parpadear y así ayudar a tener más hidratado el ojo.
Mito: Leer con poca luz o en penumbra daña la vista
Realidad: Leer con poca luz podría favorecer un aumento de la miopía en personas jóvenes. Más allá de eso, no causa un daño permanente en los ojos, aunque puede provocar fatiga ocular y dificultar la lectura. Aquellos que se ven alcanzados por la oscuridad mientras disfrutan de un libro, pueden llegar a sufrir una fatiga visual leve, pero ningún daño permanente.
Para evitar este efecto se recomienda tener siempre una buena iluminación siendo las luces blancas o frías las más recomendadas. También es importante usar gafas de sol, una gorra o sombrero de ala ancha si estamos expuestos a que durante la lectura la luz solar nos impacte directamente a los ojos, pues puede causar daños por rayos UV.
Mito: Leer mucho provoca vista cansada (presbicia)
Realidad: leer mucho ni adelanta ni provoca presbicia. Esta patología ocular que, hace que los ojos pierdan gradualmente la capacidad de enfocar y ver con claridad de cerca, está causada por la pérdida paulatina de flexibilidad del cristalino del ojo, un efecto producido normalmente por el envejecimiento.
Mito: Leer con gafas o lentillas hará que tus ojos dependan más de ellas
Realidad: cuando usamos gafas o lentillas nuestro ojo se acostumbra a ver con mayor nitidez, por eso al quitarlas podemos notar una gran diferencia llegando incluso a percibir que la visión empeora cuando no las usamos. La realidad es que su uso no tiene ningún efecto negativo en nuestra vista y es normal que las prefiramos para ver mejor.
Mito: Leer demasiado cerca daña la vista
Realidad: La distancia óptima de lectura es de 50 a 60 centímetros, ya sea en papel o digital, y eso es algo importante que debemos tener siempre presente. Leer demasiado cerca, en sí mismo, no dañará tu vista, pero puede ser un signo de problemas refractivos subyacentes o puede favorecer que aumente la miopía. Esto ocurre cuando la forma del ojo evita que la luz se enfoque correctamente en la retina. Algunos de los problemas de refracción más comunes son la miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia. Como resultado, es posible que resulte difícil ver con claridad los objetos distantes.
Mito: Leer letras pequeñas puede dañar la vista
Realidad: Leer letra pequeña puede hacer que nos acerquemos más al texto y, como se ha dicho, esto podría favorecer un aumento de la miopía. También puede causar fatiga visual, si bien no hay evidencia de que dañe los ojos.
Lo idóneo es usar una herramienta digital que permita cambiar el tamaño de la fuente. Pero si se opta por este tipo de dispositivos, es necesario recordar la regla 20-20-20: descansar la vista cada 20 minutos durante 20 segundos mientras miramos a 20 pies de distancia (unos 6 metros aproximadamente).
La lectura forma parte de la vida cotidiana, pero es importante practicarla de manera segura para nuestros ojos. «Además de todos los consejos mencionados anteriormente, es fundamental acudir a las revisiones oftalmológicas para chequear el estado de salud de nuestra vista, sobre todo si se observan síntomas como sequedad ocular, ojos irritados, fatiga o incluso visión borrosa a la hora de estudiar o simplemente de leer un libro», recomienda el doctor Fernández-Vega.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Dr. Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, oftalmólogo del Instituto Fernández-Vega (IOFV)
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