La autoestima y la confianza son aspectos que deben ser trabajadas desde la infancia. Ambos constituyen pilares básicos que resultan beneficiosos no solo para evitar problemas en el futuro, sino que también favorecen un mayor aprovechamiento académico de su infancia, al influir positivamente en la actitud hacia el aprendizaje.
¿Cómo pueden los padres o las personas de su entorno cotidiano afianzar la confianza en sí mismos de sus hijos? Entendiendo la autoestima como cuánto se valoran a ellos mismos y la confianza como un sentimiento de seguridad que genera una actitud positiva en el crecimiento y el desarrollo personal, en este artículo presentamos algunos consejos y rutinas para poder incrementar la autoestima y seguridad de los más pequeños.
Rutinas para potenciar la autoestima y confianza de los niños
Comunicación abierta. Es esencial crear un entorno donde exista un intercambio de dificultades y métodos para superarlas. De esta forma, el niño ve un modelo a seguir, imitando aquellos patrones de comportamiento que le ayudarán a resolver problemas que se puede encontrar en su día a día.
Resulta muy significativo no solo mostrar aquello que es difícil para nosotros o nuestras debilidades, sino siempre brindar la alternativa con la que mejorar esa destreza o situación en concreto.
Retroalimentación positiva. Ofrecer un feedback positivo cuando los niños han conseguido sus metas o se esfuerzan en el camino, brindando una mayor motivación a los niños en su aprendizaje diario.
No obstante, no se debe abusar de esta retroalimentación puesto que se puede invertir su objetivo final, haciendo que su hijo crea que siempre hace todo bien y no busque aprender más, sino que se estanque en una actitud arrogante.
Críticas constructivas. Transmitir a los niños tanto lo positivo como lo que se puede mejorar es fundamental. Las críticas constructivas deben presentarse de manera que los niños no las perciban como simples críticas, sino como sugerencias para progresar, evitando tonos que sugieran enfado o molestia.
Todo ello, motiva a los niños a que corrijan o incluso perfeccionen ciertos comportamientos. De otro modo, solo se conseguirá que éstos se sientan culpables y no entiendan concretamente qué es lo que está mal y qué hay que hacer para cambiarlo.
Ayuda a construir una mentalidad de superación. Fomentar una mentalidad flexible y de superación es clave. Se busca que los niños siempre busquen lo mejor, pero siempre con metas realistas y alcanzables, evitando así un sentimiento de frustración continuo que genere una consecuencia inversa. Dentro de esta mentalidad, es igual de importante que haya cabida al error. Recuérdales constantemente que lo importante no es no fallar sino nunca rendirse.
Se debe tener en cuenta que los niños, comúnmente, tienden a tener argumentos o razonamientos fijos, siendo las personas de su alrededor los que les podemos hacer ver que las habilidades y las situaciones no están establecidas, sino que podemos contribuir a optimizarlas.
Encontrar su talento y promoverlo. A través de actividades extracurriculares, por ejemplo, puedes contemplar aquello que a los pequeños les gusta y, además, aquello en lo que tienen talento. Observa qué les interesa y apóyalos para desarrollar nuevas habilidades en ese ámbito.
Autocuidado. Promover el autocuidado de los niños, tanto en higiene como en salud mental es imprescindible para generar independencia y despertar un interés por sí mismo que prevalezca en el tiempo.
En definitiva, ambas cualidades constituyen componentes fundamentales en el desarrollo social y emocional de los niños. Aplicar estas recomendaciones no sólo consolida la autoestima y la confianza que los pequeños tienen en sí mismos, sino que fomentan una actitud positiva para afrontar nuevos retos, favoreciendo el bienestar emocional de los pequeños.
Asimismo, en cuanto al desarrollo social, fortalecer la autoestima facilitará las relaciones personales sanas en un futuro, así como el trabajo en equipo en el aula y fuera de ella.
Mandy Esteban. Profesora de Infantil en The English Montessori School
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