En España, 7 de cada 10 menores sufren algún tipo de acoso, que genera en los niños y adolescentes que lo sufren efectos secundarios como miedo a acudir a la escuela, algo que se ha podido agravar con la vuelta al cole.
Culpa, vergüenza y frustración por no saber qué hacer son algunas de las desagradables consecuencias de sufrir ciberbullying, bullying o acoso escolar. Estos son los sentimientos con los que acuden los padres, madres y tutores de los niños y adolescentes a terapia con sus hijos cuando éstos sufren algún tipo de acoso, ya sea en el colegio o vía online. Además, según la terapeuta especializada en gestión emocional y Coach Motivacional, Adela Martínez Gómez, «algunos asisten demasiado tarde a terapia».
A esto debemos añadirle que, según un estudio del INE, ya en 2019, la edad de utilización de nuevas tecnologías había descendido de 15 a 10 años, y el uso de ordenadores y otros dispositivos había aumentado hasta el 94,5% de los niños y adolescentes. «Nos referimos, prácticamente, a toda la población infantil», explica Martínez, «llevándonos, en los últimos años, a hablar un nuevo concepto que es el ciberbullying«.
El acoso escolar con las nuevas tecnologías
Desde que las nuevas tecnologías entraron en la vida de los más jóvenes se han visto muchos beneficios, por supuesto, pero también se ha apreciado un lado oscuro que ha generado un problema como el acoso a través de las redes sociales y los medios tecnológicos, que antes no existía, y al que ni los niños, ni los adolescentes, ni los adultos saben cómo hacerle frente.
«Aunque siempre ha existido el acoso escolar y el acoso fuera de este entorno, es cierto que en los últimos años se habla más de ello y las incidencias parecen haber aumentado, en parte debido a las nuevas tecnologías y a las redes sociales», explica la terapeuta Adela Martínez, quien asegura que «las redes, pudiendo ser una poderosa herramienta para combatir el bullying, se han convertido en un arma cada vez más letal para quienes son las víctimas de este fenómeno».
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Un acoso que cada vez afecta a más temprana edad
Adela Martínez afirma que, «en consulta podemos observar cómo, en los últimos años, ha disminuido la edad de los acosados, siendo antes más habitual encontrarse a adolescentes en esta situación, mientras que ahora son niños de entre 7 y 8 años los perjudicados por el bullying«.
Y, aunque el bullying o acoso escolar, sigue siendo la persecución física o psicológica que realiza un individuo, niño o adolescente, contra otro, existen aspectos que han ido cambiando con las nuevas tecnologías. Un ejemplo claro es la individualización del daño, que ha pasado a ser, mayoritariamente, un daño colectivo, realizado entre varios. Y sin lugar a dudas, el aspecto más diferenciador es la promoción o publicidad que se hace de los episodios de acoso a través de las nuevas tecnologías y las redes sociales de difusión en masa.
El acoso puede ser a través del acoso físico, negligencias, abusos sexuales, y el maltrato a nivel emocional, siendo este último el que mayores efectos devastadores crea en los acosados. Este último es el más habitual para quienes actúan a través de las nuevas tecnologías, y su daño se agrava debido a la reacción en cadena y viralización, en cuestión de segundos, que puede tener una acción lesiva de un acosador hacia su víctima a través de las redes.
Vuelta al cole y prevención del ciberbullying
Según la organización Mundial de la Salud (OMS), en España, 7 de cada 10 niños sufren acoso o ciberacoso, generando en los niños y adolescentes que lo sufren efectos como depresión, ansiedad, nerviosismo, estrés, miedo a acudir a la escuela, vergüenza, e impotencia por no poder hacer nada. Estados que les imposibilitan acudir a clase (algo que se ha podido agravar con la vuelta al cole) e incluso, salir de casa, llevándolos al fracaso escolar, y a un aislamiento social. «Todo esto lleva a una cuarta parte de los acosados a tener ideas suicidas, algo que aumenta por la ‘reacción en cadena’ que generan las redes sociales, con su rápida difusión», asegura Martínez.
Y, a pesar de que cada vez se habla y se escribe más sobre el tema, al igual que cada vez son más las visitas a consulta por acoso, ¿sabemos prevenirlo? ¿Se sabe cómo trabajar cuando ya ha aparecido? Adela Martínez, explica que «cada vez son más los profesionales de la docencia que solicitan ayuda, para identificar cuándo se puede hablar de bullying y cómo ponerle freno. También es cierto que, existe un gran vacío, y mucha falta de actuación y conocimiento, a nivel educativo en general y en el entorno familiar, donde los terapeutas podemos comprobar que existe, además, una cierta vergüenza por hablar públicamente del tema o pedir ayuda de asesoramiento».
Como sabemos, el bullying es un problema con consecuencias que pueden ser devastadoras, causando en muchos casos suicidio infantil y adolescente, «y no podemos esconderlo debajo de una alfombra, o no molestarse en establecer programas o planes educativos que lo completen, tanto en entornos educativos privados como públicos», afirma la terapeuta que, asegura que «una de las mejores metodologías de prevención del acoso son las redes de apoyo presenciales que deben crearse entre padres e hijos, tutores, profesores, compañeros de aulas, de actividades extraescolares…».
Y es que, según Martínez, los consejos que se ofrecen a los centros que quieren trabajar en la resolución de este tipo de conflictos, son los de «la identificación de interlocutores apropiados, así como los ‘apoyos ocultos’, el fomento de rrelaciones de amistad, proporcionar soporte psicosocial, tanto en el acosador como en la víctima, generar oportunidades de socializar, crear una red de información y ayuda para padres, madres, tutores, entornos escolares, entornos de seguridad del estado, y trabajar, cada uno en su sector, de manera conjunta para prevenir desde edades tempranas la aparición de este fenómeno». Sin olvidar, por supuesto la de trabajar la gestión emocional de los niños y niñas desde pequeños, ayudando así al desarrollo de la empatía entre ellos para prevenir muchos casos de acoso.
Arantxa García
Asesoramiento: Adela Martínez Gómez, terapeuta especializada en gestión emocional y Coach Motivacional y fundadora de Para volver a vivir.
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