Una de las emociones más presentes en nuestra vida, es el miedo. Dicha emoción, en muchas ocasiones, gana más protagonismo durante la infancia, por la dificultad que experimentan algunos niños para regularse cuando aparece y poder gestionarla. Para evitar que esta emoción aumente, en cuanto a intensidad o frecuencia, es muy importante la gestión que haga el cuidador.
El miedo es una emoción primaria, lo que quiere decir, que es innata e inherente al ser humano. Dicha emoción, ha permitido la evolución de nuestra especie y es necesaria para mantenernos a salvo, ayudándonos a reaccionar de forma adecuada cuando hay una situación que supone un riesgo objetivo. Por tanto, se trata de una emoción adaptativa y necesaria.
El problema surge cuando el miedo aparece ante una situación que no supone un peligro real para la vida o integridad física. También, cuando la reacción emocional es desproporcionada ya sea, por la intensidad o por la frecuencia con la que aparece, pudiendo suponer un deterioro en la calidad de vida del menor.
Algunos miedos de la infancia han sido muy estudiados, y se conocen como miedos evolutivos. Dichos miedos evolutivos, aparecen en mayor o menor medida en todos los niños, superándose a medida que el menor crece y tiene la oportunidad de enfrentarse a ellos. Por el contrario, hay ocasiones en las que estos miedos no desaparecen ni disminuyen su intensidad, interfiriendo en la vida del niño. Cuando esto ocurre, es importante acudir a un profesional.
Los miedos normales de los niños por edades
Ideas para que los niños puedan superar sus miedos
Para que el menor, pueda hacer frente a un miedo de forma segura, es importante, que haya un vínculo seguro, y que el cuidador ayude al niño a exponerse al miedo de forma controlada. Los vínculos seguros incluyen una relación de amor y confianza, en la que el niño sienta que tiene unos límites y normas claras, que le ayudan y protegen, esto es fundamental para disminuir la posibilidad de que los miedos se vuelvan patológicos. Por otro lado, el adulto tiene que ser una figura que permita al niño enfrentarse a la situación temida de forma controlada.
El niño necesita experimentar que tiene herramientas para hacer frente al miedo, y que el estímulo temido no es peligroso. Para que esto ocurra de forma satisfactoria, el niño debe percibir que el adulto está tranquilo ante la situación o estímulo que a él le desregula; esto le da la posibilidad de experimentar con el estímulo temido, aprendiendo qué cosas son peligrosas y qué cosas no lo son. Al mismo tiempo, el menor debe ver el miedo como una emoción normal y adaptativa, entendiendo que va a estar presente el resto de su vida y que sus cuidadores en ocasiones también la experimentan.
En ocasiones los miedos de los niños se vuelven muy intrusivos en sus vidas, por ello es recomendable acudir a un profesional cuando:
1. La reacción emocional del niño es totalmente desproporcional al estímulo que lo provoca.
2. Aunque el niño ya se ha enfrentado a esa situación, sigue provocando una reacción emocional desproporcionada e incontrolable.
3. No se relacionan con el momento evolutivo.
4. Afectan de forma significativa a la vida cotidiana del niño.
Para comprender el miedo y la reacción emocional que puede suscitar, hay que tener en cuenta la neuroanatomía. La estructura anatómica que más se relaciona con el miedo es la amígdala, sin embargo, la reacción emocional se relaciona con las conexiones existentes entre la amígdala e hipocampo. Esta es la clave, por la cual, el cuidador debe tener una reacción moduladora que genere en el niño una sensación de tranquilidad ante el estímulo temido. Este abordaje facilita que el niño pueda recordar esta sensación de calma tras el miedo inicial, aprendiendo que el estímulo que inicialmente provocaba miedo no es realmente peligroso.
Existen algunos libros, que se pueden utilizar para explicar a los niños qué es el miedo y porque aparece, cómo por ejemplo, «Dani contra el miedo» de la editorial Sentir.
Celia de la Calzada. Neuropsicóloga en Psicólogos Pozuelo
Te puede interesar:
– El miedo de los niños por edades
– Cuentos para niños con miedo
– Los miedos en los niños. Claves para que crezcan sin ellos