¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando fluimos? Al fluir rendimos al máximo sin esfuerzo aparente y disfrutando de una manera sana ysostenible. Y todo gracias a 5 sustancias químicas.
¡Imagina! La pista de baile. Un folio en blanco. Una mesa de billar. Pistoletazos de salida. No hay distracción, sólo tiempo para la acción. Tu tiempo se deshace, cabalga y se dispara. De constante a variable indomable. Pero la intuición lo doma. Las respuestas surgen solas y sienten el control. No hay miedo ni esfuerzo. Ni recompensa externa -ni pagos ni aplausos-. Pero sigues y repites. Sin fin. ¿El fin? Un cóctel emocional. Agitación, nervios, felicidad y paz. Te fundes en la actividad que te cautiva y atrapa.
¿Reconoces esa sensación? Es el momento de fluir. Una mezcla emocional que queremos volver a experimentar. Así de cautivador, más que una acción parece una adicción. Ése es el estado de flujo. ¿Cómo es posible sentir tantas emociones a la vez? Ése es el poder del estado de flujo.
¿Qué sucede en el cerebro para experimentarlo? El psicólogo M.Csíkszentmihályi, quien popularizó el término de fluir, y expertos como A. Ulrich, S. Van der Linden o S. van der Linden nos ayudana descifrarlo.
5 en 1: el cerebro en flujo
Una gran variedad de sustancias químicas son liberadas durante el estado de flujo. Cinco son las principales y son las más potentes que el cerebro puede producir para elevar el ánimo y elrendimiento. En flujo, el cuerpo segregaría las cinco sustancias en una sóla actividad. Hablamos de dopamina, endorfinas, serotonina, norepinefrina y anandamida.
Al fluir, disfrutamos. Los cinco químicos generan placer y nos permiten disfrutar en el proceso. Asímismo, sentimos gratificación. La dopamina es la responsable. Ella es la que refuerza su carácter adictivo pues desencadena los mecanismos de motivación y de recompensa. Así, la experiencia de fluir nos motiva por sí misma y queremos vivirla de nuevo, aún sin recibir una compensación externa -ni económica ni de reconocimiento social-.
Inmersos en la actividad, toda nuestra atención se centra en la acción. Tanto que todo se desvanece, hasta el ruido exterior. Las hormonas norepinefrina y dopamina constituyen elmotor pues estimulan la concentración. Para ello, incluso reducen casi mágicamente la relación señal/ruido del cerebro, ésto es su capacidad para procesar las señales sensoriales externas. Todo ésto sucede por largos periodos de tiempo gracias a la segregación de serotonina que, al interactuar con la dopamina, permite sostener la capacidad de atención.
Nuestra creatividad se dispara. Generalmente, creamos al combinar información o ideas diferentes. El proceso requiere dos elementos: información y capacidad para vincularla. Cuánto mayor es nuestra concentración, más información por segundo adquirimos. Así, al fluir obtenemos más información para combinar. Además, la anandamida estimula la capacidad para vincularlas, favoreciendo el proceso creativo.
Durante el flujo, no sentimos miedo. La anandamida lo inhibe. Nos sentimos cómodos aúnactuando fuera de nuestra zona de confort. Confiamos en nuestra intuición. Decidimos ágilmente. Ésto se traduce en una menor aversión al riesgo y nos atrevemos a tomar riesgos que normalmente no asumiríamos. Esta seguridad, por supuesto, alimenta el proceso de creación.
El flujo sucede sin miedo y sin esfuerzo. Ni físico ni mental. Nos concentramos, creamos y nos mantenemos motivados de manera casi insconciente. Esto es gracias a dos elementos: a la dopamina que proporciona energía y reduce la sensación de fatiga, y a las endorfinas que disminuyen el dolor y el estrés a todos los niveles -físico, mental y emocional-. Por ello, en flujo, nos olvidamos del dolor y de las preocupaciones diarias. De hecho, en ocasiones, los atletas pueden jugar con una lesión grave sin notarlo del todo. Así, al fluir creamos disfrutando y sin esfuerzo aparente.
A lo largo del proceso de flujo, y una vez éste llega a su fin, sentimos una sensación de satisfacción y plenitud pero también de paz y serenidad. La liberación de serotonina podría ser la causa pues regula el estado de ánimo, brindando paz. No obstante, todavía es necesaria una mayor investigación científica que proporcione evidencias para validar esta teoría.
Al fluir rendimos al máximo no sólo sin sufrir, sino disfrutando pues todos nos brindan placer de una manera sana y sostenible. Y todo gracias a cinco neuroquímicos liberado por nuestro propio cuerpo.
Izarbe Lafuerza. Experta en Inteligencia Emocional y creadora del proyecto Alt:O
Te puede interesar:
– Los padres podemos diseñar el cerebro de los niños
– 10 ejercicios de gimnasia cerebral para niños y adultos
– ¿Qué se queda grabado en el cerebro? Los periodos sensitivos para educar