¿Cómo conseguir que el niño de hoy se convierta en un buen adulto mañana? La respuesta está en el modelo de crianza que se elija y en los valores que se transmitan. La generosidad es uno de los mejores que se les puede inculcar en este sentido. Pero, ¿cómo conseguirlo? De nuevo hay que recordar una gran verdad: los padres son el espejo en el que se miran los hijos.
Y así lo demuestra un nuevo estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology. En este trabajo se indica que aquellos niños criados en un entorno compasivo, con amor y en donde prima la empatía tenderán a ser más generosos con aquellos que les rodean. Un apunte que recuerda a los padres la importancia que tiene la crianza para definir el futuro de los niños de hoy.
Efectos de una crianza positiva
Para alcanzar esta conclusión, el presente estudio siguió a 74 niños de edad preescolar con el fin de analizar cómo les influía el trato que recibían en su hogar en el desarrollo de valores como la generosidad, o la amabilidad. Para ello se realizaron dos pruebas cuando los menores tenían en torno a cuatro, y se repitió este mismo análisis al alcanzar los seis años.
La prueba consistía en que los niños ganarían fichas y, al final del test, se les hacía saber a los mismos que podían donar parte de este premio, o su totalidad, a otros menores que no habían podido participar en este juego ya que estaban enfermos, o tenían otros problemas. Al mismo tiempo, a los niños se les coló también un monitor con el que se medía su frecuencia cardiaca.
Por su parte, las madres, tuvieron que proporcionar algunas respuestas sobre la presencia del amor en sus relaciones con sus hijos, o con otras personas. Las conclusiones demostraron que los niños que más predisposición tenían a compartir sus fichas eran los que habían experimentado una crianza positiva, la «culpable» de modelar en los infantes ese sentimiento de generosidad.
¿Cómo ser un buen ejemplo para los niños?
Como se ha dicho, los padres son el espejo en el que se miran los hijos y hay que aprender a ser un buen ejemplo para los mismos. Estos son algunos consejos para ello:
– Cumplir con los valores que se les intenta transmitir. El primer paso, y el más obvio, es que los hijos vean en sus padres los valores que se les indican como buenos y positivos.
– Decir la verdad. Tener buenos valores quiere decir ser responsable con los mismos. Mentir es faltar a la verdad y, en cierto modo, a las enseñanzas que se transmiten. La sinceridad nunca debe faltar.
– Nunca gritar. Los valores deben ser comprendidos y asimilados, tratar de inculcarlos mediante gritos y amenazas es contraproducente. La agresividad solo hará que los pequeños se revelen.
Damián Montero
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