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El desarrollo del bebé a través de sus 5 sentidos

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En estos momentos que nos tocan atravesar, podemos aprovechar y dedicar nuestro tiempo a nuestros hijos y sacar su máximo rendimiento. En el caso de los bebés, consideramos que, como son pequeñitos, no se pueden hacer muchas cosas con ellos, pero en realidad es una etapa preciosa para estimularles y potenciarles al máximo.

Cada persona atraviesa, en su desarrollo evolutivo, diferentes periodos sensitivos y cognitivos, es decir, etapas en las que está biológica y psicológicamente preparada para adquirir determinados hábitos y destrezas. La estimulación temprana consiste en aprovechar los periodos sensitivos de los primeros años de vida para que el niño estructure su capacidad cerebral y psicomotora de forma óptima y para que aproveche al máximo su talento natural.

Es una técnica pedagógica de comprobada eficacia, que busca sencillamente educar en el momento idóneo. De este modo, el aprendizaje es más eficaz ya que se adquiere sin esfuerzo consciente y resulta placentero. El objetivo básico, por lo tanto, debe ser favorecer el desarrollo de las conexiones neuronales de los pequeños fomentando los estímulos del entorno.

Ideas para estimular los sentidos del bebé

Los padres tenemos la posibilidad de colaborar con el desarrollo de esas conexiones neuronales aprovechando cada momento que pasamos con nuestros hijos. En muchas ocasiones, ya estamos logrando una buena estimulación sin ser conscientes de ello, pero, si además nos planteamos que, cada vez que les acariciamos o les abrazamos, les ayudamos no solo a sentir nuestro cariño y afecto, sino también a favorecer su desarrollo cognitivo, probablemente podremos disfrutar más de la atención y la educación que les estamos aportando.

Se puede decir que el niño cuando nace lo tiene todo, pero nada a la vez. Posee la capacidad para aprender y absorber lo que le rodea, sin embargo, no posee aprendizaje por lo que todo lo que le aportamos le va a enriquecer. En ese sentido, lo más importante para una buena estimulación temprana es desarrollar al máximo sus sentidos a través de actividades, juegos o incluso las rutinas del día a día.

Desarrollo auditivo

Puedes pensar que tu hijo no te entiende porque no habla, pero tu hijo te escucha, así que háblale, cuéntale cosas, utiliza distinto vocabulario, e incluso distintos idiomas. Además, para enriquecerle auditivamente puedes proporcionarle distintos registros o estilos musicales. La música clásica le aportará una gran variedad de notas y ritmos, pero también las canciones populares o la música contemporánea, de manera puntual, les resultarán enriquecedoras. Como veis, no todo tiene que girar en torno a las canciones infantiles.

Desarrollo visual

No os podéis imaginar lo que les puede apasionar a los bebés llevarles de paseo en brazos por la casa y enseñarles todo lo que les rodea: cuadros, fotos o incluso lo que hay más allá de la ventana. Lo mismo ocurre cuando vamos de paseo por la calle. A los padres nos gusta verles la cara mientras van en la silla, pero con esto les limitamos a que solo nos vean a nosotros. Por el contrario, si tienen la oportunidad de ver todo, diferentes formas, colores, volúmenes, tamaños… les va a dar un aporte en el desarrollo de esta capacidad importante para los aprendizajes posteriores.

Además, es bueno ir contándoles lo que van viendo y darle el nombre adecuado a lo que ven. No es lo mismo decirles que están viendo un árbol o enseñarles que lo que ven es un roble. Ellos captarán el concepto y sabrán utilizarlo cuando crezcan. Otra buena herramienta para la estimulación visual puede ser la televisión. En los primeros meses todavía no tienen la capacidad suficiente para fijar la vista en ella por lo que los vídeos no son el mejor modo de estimulación visual. Es mejor recurrir a ella a partir del año y no como única herramienta. Es recomendable utilizarla durante poco tiempo para que no adquieran un hábito no del todo positivo para ellos.

Desarrollo táctil

Aprovechad cada momento con ellos, mientras les cambiáis, les bañáis… para acariciarles, masajearles y que noten vuestro contacto. Detrás de estas actividades rutinarias, que muchas veces hacemos a toda prisa, puede haber un gran aprendizaje para vuestros bebés. Por lo tanto, no hay que olvidar la importancia que tiene los abrazos y los besos no solo por el aporte afectivo que conllevan. Además, para favorecer el desarrollo de este sentido, podéis ofrecerles distintos materiales para que experimenten con diferentes texturas o grosores.

Desarrollo gustativo

Qué divertido puede resultar jugar a que descubran diferentes sabores y ver sus reacciones, sus muecas, sus gustos. No tenéis que tener miedo a darles a probar todo tipo de alimentos por muy ácidos o picantes que os puedan resultar, siempre en cantidades pequeñitas para prevenir intolerancias o posibles alergias. Además de una estimulación, con esto les acostumbraremos a probar de todo, hábito que podrá beneficiarnos posteriormente en sus rutinas alimenticias.

Desarrollo olfativo

Probad a que entren en contacto con diferentes olores sin que tengan que ser siempre agradables. Seguramente tenderán a chuparlo en lugar de olerlo, pero no dejéis de acercarlo porque, aunque ellos no saben cómo hacer para olerlo, el olor les llega de igual manera. Aprovechad este momento para explicarles, por su nombre, qué es lo que están oliendo.

Desarrollo físico

En este sentido, la psicomotricidad juega un papel fundamental. El desarrollo psicomotor hay que trabajarlo de manera especial de los 0 a los 3 años. Para ello, y aunque los padres no tenéis por qué ser expertos en ello, podemos comenzar con unas pautas iniciales que os pueden servir de ayuda:

– Poned a vuestros bebés boca abajo todo lo que podáis. Esta posición no les gusta porque les conlleva esfuerzo. Dejadles poco tiempo al principio e ir aumentándolo progresivamente, con ello desarrollarán fuerza y adquirirán la postura adecuada para el movimiento. Ponedles cerca un juguete que les llame la atención, que lo puedan alcanzar, pero que les suponga un esfuerzo y cierto movimiento. Veréis cómo tratarán de conseguirlo, aunque para que lo logren deberéis intentarlo varias veces. Como en todo, en este tipo de actividades, es muy importante la constancia.

– El movimiento de la croqueta, que consiste en girarles sobre ellos mismos, es muy beneficioso. También, cuando ya sean un poquito más mayores el gateo será fundamental. Este movimiento, si no lo llegan a desarrollar de manera natural, aunque sean mayores y ya caminen, es recomendable trabajarlo como un juego (jugamos a ser animalitos) ya que será importante para la coordinación y un buen desarrollo cognitivo de cara a procesos de aprendizaje como puede ser la lecto-escritura.

Estos ejercicios pueden servir para una primera fase de estimulación de vuestros hijos que, a su vez, desarrollarán su faceta intelectual y que, además, podréis complementarlos con materiales que podréis adquirir en el mercado como los bits de inteligencia, mensajes esquemáticos e individuales, un dibujo o una fotografía siempre que sean imágenes claras, sencillas y atractivas. A la vez que se le muestran las imágenes se le dice de forma verbal el concepto de lo que está viendo. La utilización de estos materiales requiere unos pasos específicos a seguir para un uso adecuado. Por eso, es recomendable, antes de utilizarlo, informarse de su metodología.

Ante todo, no debéis olvidar que una buena estimulación no tiene los beneficios que buscamos si no disfrutáis con ello de vuestros hijos y establecéis una bonita relación con ellos. Tenéis que tener en cuenta que para llevar a cabo este tipo de actividades tiene que ser importante que el niño sea receptivo, no esté cansado y disfrute con lo que estáis haciendo. Y para vosotros que no tiene que suponer una carga más, sino un momento a vivir y compartir con vuestros hijos.

María Campo. Asesora Pedagógica de Eduka&Nature

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