Una de las preocupaciones de los padres en la actualidad es que sus hijos se vuelvan dependientes de las nuevas tecnologías. Y es que estos dispositivos son, al mismo tiempo, una gran ayuda en muchas facetas y un elemento capaz de absorber demasiado tiempo de niños y adolescentes. Hay que tener en cuenta que el hecho de la presencia de las pantallas no quiere decir que este problema vaya a aparecer.
Los profesionales del Hospital Sant Joan de Déu explican que no todos los niños presentan el mismo riesgo de desarrollar una adicción a las nuevas tecnologías. La relación que tus hijos tengan con las pantallas dependerá del punto de partida que tengan de ellas. En otras palabras, los padres tienen mucho que aportar al respecto, fortaleciendo el vínculo nacido con las relaciones familiares.
Aprovechar las situaciones de aprendizaje
Los padres tienen mucho que decir en la prevención de la adicción de las nuevas tecnologías, y la promoción de actitudes y hábitos saludables en las diferentes esferas de los hijos. Esto pasa por revisar si se está siendo un buen referente para niños y adolescentes. La crianza debe pasar por aprovechar cada situación de aprendizaje para asegurar un buen crecimiento.
Aunque es posible que los padres no tengan tanta experiencia con las nuevas tecnologías como sus hijos, sí que se cuenta con información en otros temas. Un criterio que se puede aplicar en distintos aspectos relacionados con los hijos, generalizándolo en diferentes ámbitos. En otras palabras, aprovechar el sentido común para aplicarla en la experiencia que se les puede ofrecer junto a las pantallas.
Es importante reflexionar sobre cuáles son los hábitos de los padres y cómo se relacionan con las tecnologías. Los hijos observan y detectan incongruencias entre el discurso y los actos. Por ello, si se quiere evitar que los pequeños desarrollen una dependencia de las nuevas tecnologías, el primer paso es evitar invertir demasiado tiempo en estas pantallas.
Límites y comunicación
Los niños deben crecer en un entorno que permita predecir lo que pasará. Por eso, las rutinas y los límites son imprescindibles, sabiendo que ciertas conductas están permitidas y otras no. Los padres tienen un papel clave a la hora de fijarse como figura de autoridad y generar este ecosistema previsible y seguro para los más pequeños de la casa.
Pero también es necesario para un desarrollo saludable fomentar el pensamiento crítico a través de preguntas, exponiendo incongruencias de esta forma se ayuda a reflexionar sobre que contenidos son adecuados para ellos. En este sentido la comunicación es imprescindible: escuchar y procurar entender cómo se sienten los hijos, animando a estos a que den su punto de vista.
Damián Montero
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