La situación de convivencia en muchos centros educativos es francamente dificil. Las conductas violentas e irrespetuosas se han ido incrementando en los últimos años. Solucionar esta situación, está en manos de todos: profesores, padres y alumnos.
El Defensor del Profesor: apoyo para los docentes
El Defensor del Profesor es una iniciativa del sindicato ANPE pionera en abordar uno de los problemas más graves a los que se enfrenta el profesorado. Es un servicio de atención inmediata para los docentes víctimas de situaciones de violencia en las aulas, puesto en marcha en Madrid el 30 de noviembre de 2005, como primera medida de apoyo ante la indefensión del profesorado, y como llamada de atención sobre el problema del bullying y de la violencia escolar.
Durante más de una década de funcionamiento, los docentes han encontrado en esta nueva institución el apoyo y respaldo del que carecían hasta el momento. El servicio consta de un teléfono de ayuda atendido por un equipo de psicólogos ininterrumpidamente y, si la situación lo requiere, del apoyo administrativo y jurídico de la organización.
Es un servicio gratuito, abierto a todo el profesorado y extendido a todas las comunidades autónomas. El objetivo primordial de este servicio está en la mejora de la convivencia en los centros educativos, que para ANPE implica, entre otras medidas, la revisión de la normativa sobre derechos y deberes de los alumnos vigente en la actualidad, y la consideración del profesor como autoridad pública en el ejercicio de su función.
Todos aquellos profesores que se encuentren en alguna situación de acoso pueden dirigirse al Defensor del Profesor para plantear su caso por teléfono, por correo electrónico o por correo postal.
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CÓMO PONERSE EN CONTACTO CON EL DEFENSOR DEL PROFESOR:
Dirección: Calle de Carretas, 14, 28012 Madrid
Tel.: 915 229 056
E-mail: [email protected]
Web: www.eldefensordelprofesor.es
Atención para los profesores víctimas de bullying
Los casos atendidos por el Defensor del Profesor a través del equipo de psicólogos de ANPE son variopintos, desde llamadas desesperadas por recibir insultos y vejaciones, hasta los casos más drásticos en los que se requiere incluso asistencia jurídica.
Ayuda psicológica a los profesores
Cuando un profesor llama al Defensor del Profesor en busca de ayuda, lo primero que se hace es calmar y ayudar psicológicamente al profesor, porque cuando llaman no saben cómo solucionar el problema y se sienten indefensos. El trabajo del equipo de psicólogos es totalmente confidencial. Tras evaluar el conflicto, se valora si necesitan asesoría jurídica, y se les orienta en cuanto a los procedimientos y normativa de derechos y deberes.
Principales quejas de los profesores
La principal queja, de la que derivan todas las demás, es la imposibilidad de poder dar clase con normalidad. Los profesores se encuentran con que las clases se reducen a menos de 20 minutos, el resto se pierde en intentar mantener el orden: que no hablen entre ellos, ni por el móvil, que no pongan los pies encima de la mesa, que no se levanten sin justificación, que no canten ni eructen, etc.
El 60% denuncian problemas para dar clase. El 20% reciben insultos, un 11% amenazas, un 9% agresiones físicas, en un 3% de los casos las agresiones se graban con teléfono móvil. Existe un 20% de amenazas e insultos de padres. Un 65% de los profesores asegura que se sienten desatendidos por los equipos directivos y por la Administración.
En Secundaria es dónde hay más problemas
Los profesores que más se ponen en contacto con el Defensor del Profesor son los de Secundaria, un 58%. Es entre 1º y 4º de la ESO donde más problemas se producen relacionados con el bullying y la violencia en clase. Los profesores de primaria suponen un 30%, infantil un 5% y ciclos formativos 2%.
Pero no hay un perfil determinado, hombres y mujeres, de diferentes edades, con muchos o pocos años de experiencia, etc.
Soluciones para atajar los problemas
Cada caso es distinto. En ocasiones tenemos que ir directamente a la Inspección, nuestra abogada debe incluso personarse en juicios. Pero generalmente, lo que hacemos es asesorarles de que en su centro debe haber un reglamento de régimen interno que muchas veces no conocen o no se aplica. Es importante acabar con el clima de impunidad que existe en los centros, acabar con el «prohibido el prohibir» y para ello es necesario que se apliquen las normativas de derechos y deberes.
Para acabar con esta situación, la solución está en manos de todos. La Administración debería tomar más medidas. Los padres no deben escuchar sólo a los hijos, sino también a los profesores, no deben delegar la educación en la escuela, deben aprender a prohibir cosas a sus hijos y a decirles que «no». Y los profesores no deben callar los casos de violencia por miedo a represalias por parte de padres o incluso de otros compañeros.
Marisol Nuevo Espín
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