Suena el despertador, todavía hay algo de sueño, pero toca decir adiós a la cama, desayunar y vestirse para ir al colegio. Lo que en el fin de semana era diversión, ahora es obligación. No es de extrañar que muchos niños digan a sus padres que prefieren quedarse en casa en lugar de ir a la escuela y pasar las horas en el pupitre, en lugar de en casa.
Desde la Fundación Understood indican que esta no es una situación atípica y que existen varios motivos que indican que los niños no quieran ir al colegio y prefieran quedarse en casa. ¡Incluso puede que tan solo necesiten un día libre para dedicarse a ellos! El problema viene cuando la actitud persiste y constantemente se niegan a acudir a la escuela. Para los padres es muy importante mantener la actitud adecuada.
¿Qué contestar al niño que no quiere ir a la escuela?
Es importante saber lo que está pasando cuando el niño dice algo tan simple como «no tengo ganas de ir al colegio«. Los padres pueden pensar que simplemente los hijos no se toman en serio sus obligaciones académicas. Sin embargo, hay que ir más allá y pensar que existe un problema (como por ejemplo vivir una situación de acoso, o el miedo a enfrentarse a un examen).
Los padres deben acercarse a hablar a sus hijos y preguntarles por qué no tienen ganas de ir, qué es lo que sucede y tratar de averiguar si existe un motivo que desconocen. En cambio, si la escusa es el cansancio, hay que tener en cuenta el cansancio que producen las labores escolares. En este sentido, hay que ayudar a los más pequeños a organizarse mejor para no sentir tanta fatiga.
Si por el contrario, los niños muestran una actitud exagerada ante la posibilidad de ir al colegio, los padres deben valorar una posible mala experiencia en el centro escolar: una riña con compañeros, sentirse sin amigos, o un malentendido con los profesores. De nuevo, habrá que preguntarle cuál es el motivo que provoca este sentimiento y tratar de actuar en consonancia, incluso aunque esto pase por hablar con el profesor.
En el caso de que los niños reconozcan abiertamente que no quieren ir porque sus compañeros son malos con ellos, es importante en primer lugar hacerle ver que sus padres están de su parte. Hay que hablar abiertamente con ellos para que narren lo que está ocurriendo e ir a ver a los profesores para saber si se está ante un caso de acoso escolar para ponerle remedio.
Siempre es mejor dialogar
Los profesionales de Understood aconsejan que siempre es mejor hablar con los hijos sobre su resistencia a ir al colegio. De esta forma los padres podrán entender lo que está pasando. Es posible que en ocasiones los niños no sepan qué decir, y es entonces cuando habrá que prestar atención a lo que no explican con palabras y sí con actitudes. ¿Les causa frustración algún punto en concreto?
También es una buena idea ir al centro escolar para hablar con los profesores y saber si el hijo está siendo víctima de acoso. En este punto, es imprescindible que los niños sepan cómo enfrentarse a estas situaciones y avisar de las mismas para que puedan ponerse en marcha los mecanismos adecuados para ponerles remedio y que el colegio no se convierta en un lugar de tormento.
Damián Montero
Te puede interesar:
– El niño no quiere ir al colegio
– Elegir colegio para los niños