La depresión es una enfermedad mental que afecta a millones de personas en España, y es un trastorno que también puede apreciarse en la voz. Una persona que padece depresión se caracteriza por un estado de ánimo bajo, sentimientos de tristeza y desinterés. Actualmente, diferentes investigaciones han permitido determinar diferencias en el tono de la vez, que permiten identificar características vocales de depresión.
La voz puede aportar mucha información sobre el estado de salud. Según Gemma Martín, logopeda especialista en patología vocal y miembro del Grupo de Trabajo de Voz del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), «el estado de ánimo tiene una gran influencia sobre la sonoridad de la voz. La voz puede aportar información sobre el estado de salud. Actualmente, existen investigaciones en curso para desarrollar software que, mediante algoritmos informáticos, permitan captar y cuantificar diferencias en el tono de la voz, para identificar características vocales indicativas de depresión».
A través de estas variaciones, se ha establecido que cuando estamos alegres el tono de voz es alto y el rítmo con el que se pronuncian las palabras es más rápido. En cambio, cuando estamos tristes, el tono de voz es plano, grave, presenta una intensidad débil y un ritmo de habla más pausado. Estas variaciones miden diferentes parámetros que configuran la voz como son la intensidad, el tono, el timbre y el ritmo. Todos ellos se pueden alterar debido a la influencia que tiene nuestro estado de ánimo sobre la biomecánica del aparato fonador y respiratorio.
Por todo ello, la voz puede aportar mucha información sobre el estado de salud. «A través del análisis y del estudio de los diferentes parámetros que configuran su sonoridad pueden detectarse distintas alteraciones», advierte la logopeda del CPLCM. Es más, «en la actualidad, existen diferentes investigaciones en curso, incluso se están desarrollando software que, por medio de algoritmos informáticos, permitan captar y cuantificar diferencias en el tono, que un ser humano podría pasar por alto y que permitirían identificar características vocales indicativas de depresión», asegura Gemma Martín.
La voz y las emociones negativas
Gemma Martín explica que «las emociones pueden influir en la biomecánica respiratoria y fonatoria, causando alteraciones en el modo respiratorio y en la coordinación de la fono-respiración, lo que se traduce en una voz más entrecortada, pausada y de intensidad débil».
También el estado de ánimo puede generar estrés vocal, ya que puede actuar sobre la tensión laríngea como consecuencia del sobreesfuerzo que, indirecta o directamente, la persona ejerce en la musculatura. En estos casos, la voz suena más fatigada, tensa o jadeante.
Además, «estas alteraciones a nivel fisiológico pueden derivar en disfonías de tipo orgánico o funcional, es decir, causadas por lesión orgánica o por un mal uso o abuso vocal», sostiene la logopeda especializada en voz.Intervención del logopeda.
En la mayoría de los casos, los personas con depresión no son conscientes de los cambios que se producen en su voz, y quizá no sea una de sus principales preocupaciones. Pero cuando se trata de profesionales de la voz, deben conocer que existe tratamiento para revertir esta situación.
El objetivo principal es tratar la depresión y conseguir mejorar su bienestar y calidad de vida. En cuanto a la voz, la logopedia puede ser de gran ayuda para evitar posibles alteraciones. «En estos casos, la intervención de los logopedas se realiza en colaboración con los equipos de psicología; es de suma importancia el trabajo interdisciplinar», subraya Gemma Martín.
Esta especialista indica que la terapia vocal en estas personas incluye como principales objetivos de intervención la relajación muscular, el trabajo del modo respiratorio y de su adecuada coordinación durante el habla y el entrenamiento de la prosodia, es decir, de la modulación de las inflexiones tonales, de la intensidad de la voz o del ritmo con el que se transmiten las palabras.
La intervención del logopeda
En la mayoría de los casos, los personas con depresión no son consciente de los cambios que se producen en su voz, y quizá no sea una de sus principales preocupaciones. Pero cuando se trata de profesionales de la voz, deben conocer que existe tratamiento para revertir esta situación.
El objetivo principal es tratar la depresión y conseguir mejorar su bienestar y calidad de vida. En cuanto a la voz, la logopedia puede ser de gran ayuda para evitar posibles alteraciones. «En estos casos, la intervención de los logopedas se realiza en colaboración con los equipos de psicología; es de suma importancia el trabajo interdisciplinar», subraya Gemma Martín.
Esta especialista indica que la terapia vocal en estas personas incluye como principales objetivos de intervención la relajación muscular, el trabajo del modo respiratorio y de su adecuada coordinación durante el habla y el entrenamiento de la prosodia, es decir, de la modulación de las inflexiones tonales, de la intensidad de la voz o del ritmo con el que se transmiten las palabras.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Gemma Martín, logopeda especialista en patología vocal y motricidad orofacial y miembro del Grupo de Trabajo de Voz del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM)
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