Una de las propuestas más repetidas a principios de año es la de mejorar la alimentación. Después de tantos desajustes en la Navidad, ¿qué mejor forma de retomar el nuevo curso que con una dieta más saludable? Desde la Academia Americana de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, brinda varios consejos con los que llenar la nevera y poder alcanzar este fin.
De esta forma se conseguirá estar un poco más cerca del objetivo de mejorar la alimentación. No esperes a que vayan pasando los meses, la próxima compra debe ser el punto de inflexión en el que se apueste por una mejor nutrición con la que cuidar la salud de todos y, de este modo, decir adiós a todos los excesos indeseados frutos de estas fiestas.
Lo que nunca debe faltar en la nevera
¿Cómo preparar la próxima compra en el supermercado? Estos son los alimentos que nunca deben faltar en la nevera:
– Lo más importante es evitar la comida ultra procesada y los platos precocinados, refrescos, zumos, o bebidas con azúcar. También deben ausentarse los productos industriales.
– Se debe apostar por la fruta, y la verdura de hoja verde (espinacas, acelgas, rúcula, canónigos) y hortalizas.
– Tener siempre lácteos como la leche, queso o yogur, necesarios en todas las etapas de la vida. Gracias a estos productos se obtiene la mitad del calcio total que hay que tomar. También estamos ante un aporte de proteínas y fósforo, necesario para el crecimiento y reparación de las células y tejidos durante la infancia y la adolescencia.
– Siempre se ha de apostar por el aceite de oliva virgen extra. Casi toda la grasa que contiene este producto es de la considerada «buena», tipo omega 3, esencial para el cuerpo y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
– Comprar más pescado que carne ya que aporte más grasas sanas, omega 3 y omega 6, que son buenas para el corazón. De esta forma se favorece la digestión.
Es conveniente alternar el pescado blanco con el azul, y siempre fresco. Hay que evitar abusar de las conversas debido a su alto nivel de sodio.
– Apostar por las legumbres y que estén presentes en platos, al menos 2 a 3 veces a la semana. Se tratan de alimentos sanos y baratos que se pueden cocinar de muchas formas.
– Incluir los frutos secos ya que son de gran ayuda para las bacterias del intestino y mejora los niveles del colesterol y la presión arterial.
– Pasarse a los cereales integrales ya que sacian más y aportan una mayor cantidad de fibra y vitaminas E y B. Gracias a la fibra, los azúcares se absorben de forma lenta, reduciendo el nivel de estreñimiento y la absorción de colesterol.
Damián Montero
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