Las relaciones con las amigas en el colegio son una parte fundamental en la educación de nuestras hijas, sobre todo a partir de los 13 años. Pensemos que pasan 40 horas semanales con ellas y por tanto, el sentirse bien o mal será una cuestión que afecte directamente a sus estudios, a su autoestima y a su estado anímico.
Este puede ser el caso: «Llevamos varios cursos con la misma historia. Cada tarde, veo llegar a mi hija triste después del colegio. Siempre el mismo tema. Enfados con las amigas, desplantes y muchas incomprensiones. Finalmente le he dicho: cariño, tienes que cambiar de amigas».
Son mis amigas de siempre
Alrededor de los 13 años, las niñas experimentan unos cambios emocionales y físicos importantes. Unas «van más rápido» y otras siguen un ritmo pausado. Esto no quiere decir que unas sean mejores que otras, simplemente que cada persona pasa por las etapas de la vida de una manera distinta y ahí es donde debemos estar los padres para guiarlas, orientarlas y en ciertos casos, ponerles el freno de mano.
«¡Mamá no tengo amigas!, ¡me han vuelto a dejar sola en el recreo! Me hacen el vacío… y yo no hecho nada». Comentarios parecidos escuchamos con bastante frecuencia de algunas niñas, que siendo muy valiosas, parece que no acaban de encajar con el grupo de amigas. Igual que en el mundo de los adultos, cuando nos enfrentamos a un conflicto lo principal es delimitar bien cuál es el problema; con los niños no podemos olvidar ese paso, vital para su proceso de maduración.
Una primera opción es resolver el problema con las amigas: sé paciente, no te enfades por tonterías, las buenas amigas se pelean y se perdonan, habla las cosas, resuelve el problema con la niña en concreto y no en grupo, sonríe mucho y no le des importancia, etc. Todas estas ideas deben ser los primeros consejos que demos a nuestras hijas, pues lo que no está bien es que a la primera de cambio salgan huyendo. Deben afrontar sus pequeños o grandes problemas y aprender a superarlos. Cuando vemos que el tema dura más de lo que nos dicta el sentido común, es el momento de cambiar de grupo de amigas, de ser valientes y pensar que «las amigas de siempre» pueden cambiar en la adolescencia, sin necesidad de que nadie sufra por ello.
¿Sabes lo que es la amistad?
Primero como padres y madres debemos preguntarnos: ¿Qué entiende mi hija por amistad? Porque en algunos casos buscan excesiva atención por parte de sus iguales, que no están dispuestos a dar tanto, por lo que mi hija siempre se sentirá «con la puerta en las narices». En este caso puede que el problema sea suyo.
¿Quiénes son, o mejor dicho, cómo son esas amigas que mi hija tanto anhela? Porque con frecuencia nuestras hijas tienen idealizada a una, o a un grupo, y aspiran a pertenecer a esa pandilla… Pero esas «deslumbrantes» amigas puede que no tengan nada que ver con mi hija, ni con el estilo de vida nuestro… y simplemente, se está dejando llevar por ese «resplandor» que emiten algunos líderes infantiles o adolescentes, pero que no son tan valiosos como parecen.
¿Por qué mi hija se empeña tanto y se desanima si piensa que no son sus amigas? ¿Por qué se echa la culpa ella, si son las otras las tiranas? Tendremos que analizar qué tipo de mensaje le envío yo con respecto a sus compañeras de clase. Si manifiesto excesivas preferencias por una o varias colegas, por lo que es lógico que tu hija «te quiera agradar».
El valor de la lealtad
Quizá este puede ser uno de los puntos más importantes de esta «mala época» por la que pasa vuestra hija. Hoy por hoy, es cada vez más difícil encontrarse con jóvenes y no tan jóvenes, que tengan bien interiorizado el valor de la lealtad. Quizá esto se fragua desde bien pequeños, por lo que podemos darle la vuelta al problema y aprovecharlo para crecer en este campo.
Hacerle ver que el amigo de verdad es el que es leal. Si ella se limita a criticar a sus amigas, aunque sea contigo, sin la sinceridad de buscar soluciones, no está actuando del mejor modo. Por otro lado, si no hay ninguna niña de su grupo de «toda la vida» que haya sido capaz de defenderla cuando las otras le han hecho el vacío, quizá debes ayudarle para ver «que no son tan buenas amigas».
Por tanto, si decide finalmente cambiar de grupo, el primer paso es hablar con las amigas de siempre con las que tiene problemas y ser clara; explicarles que no puede acudir cada día al colegio con la angustia de si será aceptada o no en los juegos y conversaciones. Así, el grupo que va a dejar entenderá las razones por las que ya no va con ellas -que es muy distinto a dejar de ser su amiga- y posiblemente, les ayudará a pensar sobre su actitud.
Respecto a su nuevo grupo de amigas debe ser muy leal y no podrá cambiar al grupo antiguo a la primera propuesta, pues actuaría por conveniencia y no con fidelidad. Va a necesitar ser muy fuerte y debemos apoyarla desde casa. Recuérdale que debe seguir siendo amiga de todas, pero con la fortaleza de no ser arrastrada de nuevo por ellas.
¿Por qué se echa la culpa?
Seguramente tiene un problema de seguridad en sí misma y está convencida que sin las demás ella no es nadie. Hay que ayudarles a descubrir lo contrario: su poder está en sí misma. Por ser persona está capacitada para hacer muchas y grandes cosas.
Los padres tenemos la obligación de ayudar a los hijos a que sean «descubridores» de buenos amigos, no dejándose llevar por la corriente que hace que un grupo sea «el popular» y que los que no pertenecen son «impopulares». Es bueno que les animéis a reflexionar y que se pregunten: ¿no hay en mi clase niñas discretas, buenas, que puedan resultar unas buenas amigas?
Quizá el mero hecho de planteárselo puede suponer una pequeña crisis: «¡Cómo voy a cambiar de amigas, mamá! Cómo se nota que tú no estás en el colegio. Son mis amigas de siempre». Efectivamente, le estamos pidiendo un salto importante en su madurez, pero con calma, con cariño debemos darle razones para ello. Hacerle ver que debemos escoger bien los compañeros de camino, porque siempre influyen en nuestras vidas; que papá y mamá no traen a casa a cualquier persona, porque ellos mismos -nuestros hijos- se sorprenderían; que en la medida que una decide con quién va, se hace respetar, porque muestra que tiene criterio y fortaleza para dirigir su vida. Y, siempre, asegurarle que cuando supere todo esto estará mucho más feliz, consigo misma y con los demás.
Cambiar de amigas: cuanto antes, mejor
– Cada día debes interesarte por lo que ha hecho tu hija en el colegio, sin ceñirte a los asuntos académicos.
– Si la ves triste, busca el mejor momento para que te cuente sus inquietudes.
– Siempre debemos intentar solucionar el problema, antes que cortar de raíz.
– No demorarlo en el tiempo. A medida que son mayores les cuesta más cambiar de grupo.
– Seguro que hay más niñas en las mismas circunstancias. Acercarse a ellas puede ser un primer paso para encontrar nuevas amistades.
– A partir de los 13 años ya puede colaborar en actividades solidarias. Apuntarse a ellas puede ser un camino para descubrir a otras niñas
.- Si practica algún deporte puede organizar planes con el resto del equipo.
– Al principio, es bueno que le facilites organizar planes en casa. Será bueno para ella, saldrá reforzada frente al nuevo grupo y a ti te dará la posibilidad de conocer a sus amigas.
Le cuesta enganchar con otros
Otra cuestión es cuando a nuestra hija le cuesta «enganchar» con otras niñas. En este caso, puedes echarle una mano y animarle a que las invite a casa, organizar un karaoke, una buena merienda, una «sesión de belleza» en la que se planchen el pelo o se pinten un poquito, etc. Así, seguro que el lunes en el colegio no pararán de hablar de lo bien que lo pasaron en su casa.
Es bueno que «penséis juntas» qué es lo que más le cuesta al relacionarse: si se quiere poquito y cree que le rechazarán, si se avergüenza de llevarlas a casa porque piensa que es más pequeña que la de sus amigas, si es porque está tan pendiente de sí misma que le cuesta fijarse en los demás. En este momento, lo que no podemos dejar pasar es llegar al origen del problema, porque de otro modo tan solo estaremos parcheándolo.
La actitud de la madre
– Hablar con frecuencia con tu hija sobre sus alegrías y preocupaciones del colegio. Es la mejor manera de poder ayudarle cuando lo necesite.
– Intentar siempre desdramatizar, animándole a ver los aspectos positivos de cualquier situación.
– Si ya ha intentado solucionar los problemas con las amigas en repetidas ocasiones, proponerle buscar otras nuevas más afines.
– Hacerle ver que en la pre-adolescencia es normal estos pequeños problemas, pues están en un momento de cambio.
– Enseñarle que no debe clasificar a las demás por grupos: la «guays», «las frikis», etc. Que vea personas, no grupos.
– Ayudarle, con papel y lápiz, a descubrir -en esos grupos o fuera de ellos- esas niñas con las que puede conectar mejor.
– Ensayar en casa conversaciones que le ayuden a saber cómo reaccionar en el colegio ante el resto de niñas.
– Una vez que haya cambiado de grupo de amigas, reforzar en casa lo bien que se le ve.
– Preguntarle de vez en cuando, es importante no desconectar de sus preocupaciones y alegrías, una vez pasada la borrasca.
Consejos para ayudar si decide buscar nuevas amigas
– Si tu hija llora a menudo por problemas escolares, ayúdale a que te cuente cosas buenas. A veces, se ciegan por lo malo y son incapaces de descubrir todo lo positivo del día.
– Una pre-adolescente que sufre diariamente por el tema de las amigas, puede convertirse en una persona triste. Resuelve cuanto antes el conflicto de manera positiva.
– No le sigas la corriente cuando te hable mal de las otras chicas. Explícale que dentro de unos años todas volverán a ser buenas amigas, que tan solo es un desajuste en el proceso de maduración.
– Si decide atajar el problema, no olvides reforzarle lo bien que está, lo mucho que se le nota el cambiazo que ha pegado, que se le ve más guapa, más agradable en casa, etc. Esto le vendrá fenomenal en los momentos de duda.
No va a ser un momento fácil para tu hija, así que un buen consejo es «ensayar en casa». Imita a una adolescente, utilizando sus palabras y escenifica cómo lo harías tú. Reíros un buen rato y que ella lo haga varias veces. Al día siguiente irá con mucha más seguridad a resolver el problema.
María Lucea
Asesoramiento: Macu Lluch Baixauli. Directora del Centro de asesoramiento Educativo Integral
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