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¿Qué hacer cuando tus hijos te sacan de quicio? Trucos para no perder los nervios

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«¡Qué horror! Los niños sin colegio y en casa, las navidades me estresan. Mis hijos están histéricos, inquietos. ¡no paran!» ¿Cuántos padres se enfrentan a estas fechas con la misma frustración? No se trata de ahogar y apagar sus energías imponiéndoles tranquilidad y sosiego, porque además, no podrían; nuestro papel como padres es conseguir reconducir ese dinamismo de una forma armónica, programada y productiva, para que no se pongan nerviosos ni ellos, ni nosotros.

Trucos para no perder los nervios con los niños en casa

Para evitar perder los los nervios, os damos una serie de consejos para ponerlos en práctica de cara a educar con cierto grado de serenidad:

1. Sacar al niño del lugar. Esta es una regla de oro frente al desafío. Si tu hijo o hija se pone fuera de control, simplemente llévatelo a otro lugar y explícale por qué lo has hecho.- Responsabilizarle de sus actos. Los niños deben aprender que tras un comportamiento negativo, hay consecuencias. Cuando la mala acción persiste, hay que encontrar una sanción adecuada y relacionada con el comportamiento a corregir. Por ejemplo, si no se ha dominado y ha insultado a sus hermanos, esa tarde no podrá jugar con ellos y les deberá hacer algún favor.

2. Contar hasta diez. Con los más pequeños de 7 u 8 años, puede dar resultado. Antes de amenazar con un castigo, es mejor reforzar su esfuerzo y confiar en qué puede hacer lo que le estás pidiendo. Por ejemplo, a la hora de irse a la cama: «Sé que lo puedes hacer, voy a contar hasta 10 y cuando termine, estoy convencida de que estarás en la cama».

3. Hacer tratos. Que es muy distinto a los chantajes, amenazas o premiar indebidamente su deber. Por ejemplo, tus hijos están enfrascados en un juego pero hay que recoger y vestirse para ir a casa de los abuelos. Les podemos animar a que elijan por ejemplo, qué ropa se ponen, qué ropa se pone mamá, o qué regalito van a llevar a sus abuelos.

Autocontrol mediante la técnica del semáforo

Existen distintas técnicas para relajarse y controlar las emociones y reacciones negativas. Una técnica divertida y distendida para el autocontrol emocional, es la del semáforo. Es interesante para prevenir los conflictos entre los niños y para aprender a dominar la ira, agresividad, impulsividad, etc. Se trata de asociar los colores del semáforo con las emociones y las conductas.

ROJO: ALTO, PÁRATE. Tranquilízate y piensa antes de actuar. Cuando no podemos controlar una emoción (sentimos mucha rabia, queremos agredir a alguien, nos ponemos muy nerviosos) tenemos que pararnos, igual que los coches. Hacemos ejercicios de respiración y relajamos el cuerpo.

AMARILLO: PENSAR. Después de detenerse, es el momento de pensar y darse cuenta del problema que se está planteando y de lo que se está sintiendo.

VERDE: SOLUCIONARLO. Si damos tiempo a nuestros hijos para pensar, seguro que surgen alternativas o soluciones al conflicto o problema. Es la hora de poner en práctica la mejor solución.

¿Tus hijos te desquician a veces? Consejos para relajarse

– Haz una lista de situaciones y comportamientos que te desquician de tus hijos y analiza tus reacciones ante esas conductas. Se trata de prevenir momentos de nerviosismos y conocer las emociones, para responder de forma positiva.

– Todo se contagia: la risa y la tranquilidad pero también la tristeza y ansiedad. Si los padres no trasmiten a sus hijos cierto autocontrol y serenidad, ellos lo percibirán instintivamente y se contagiarán de ese nerviosismo. Habrá que hacer un esfuerzo para trasmitir un poco de sentido del humor en vacaciones.

– Tus hijos están alborotados. No paran de gritar. Recuerda que cuando están excitados no escuchan. En lugar de gritarles con un «callaos, parad ya» prueba con un ejercicio corporal práctico: comienza a saltar con ellos de arriba a abajo, alzar los hombros, mover las piernas… Probablemente, se reirán y se relajarán.

– Una forma de relajarse es saber qué se puede hacer en cada momento, para evitar que la imaginación juegue malas pasadas y hagan alguna de las «suyas». Siéntate con tus hijos y habla acerca de las cosas que quieren hacer en Navidad, desde las más caseras, hasta los planes fuera. Hacer una lista diaria y ponerla en la nevera.

Para aprender diversas formas de controlarse, podemos pedir a nuestros hijos digan lo que pueden hacer para calmarse en situaciones conflictivas: callarse, decirle a mamá o papá lo que está pasando, pegar a un almohadón en lugar de pegar al hermano, etc. Se trata de que los niños se den cuenta de que existen muchas maneras de pararse y calmarse, y ayudarles a pensar juntos cuál sería la mejor para cada uno y situación.

Marisol Nuevo Espín

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