La educación de los hijos es un paso fundamental en el desarrollo de toda persona. Los padres deben velar por brindarle el mejor de los aprendizajes en este sentido ya que es en la familia en donde se asientan las bases de cara al futuro. Por ello, hay algunos aspectos que merece la pena conocer con tal de no caer en errores que alteren el camino que empiezan a recorrer los pequeños.
Uno de los errores en los que se puede caer es el gaslighting. Como explica el equipo de Psychology Today, se trata de una técnica de manipulación que puede realizarse sin darse cuenta en donde se produce una merma en la confianza de las personas. En las dinámicas familiares también puede darse, haciendo que los niños pierdan autoestima hasta llegar a la edad adulta.
‘Gaslighting’ en la familia
El gaslighting se usa para describir a aquella persona que trata a otra persona dudando de su propia verdad o propósito. De manera consciente, o sin querer, se intenta controlar la realidad de una persona y se termina por socavar su confianza, así como la autonomía que puedan poseer sobre sus propias experiencias, volviéndose vulnerables y afectando a sus relaciones personales.
En la familia se puede reconocer el gaslighting cuando se reciben mensajes confusos de los padres por parte de los niños. Dos cosas no pueden ser ciertas al mismo tiempo y cuando un hijo ve que algo que percibe como verdad se contradice por parte de los padres, empieza a cuestionarse a él mismo y si algo no anda del todo bien en su forma de ver las cosas.
Cómo se produce el ‘gaslighting’ en la familia
El equipo de Psychology Today plantea las siguientes fórmulas como las maneras en la que puede aparecer el gaslighting en la familia:
– Familia de doble familia. Se produce cuando los padres que envían mensajes contradictorios y ponen a sus hijos en un «doble filo». Es decir, haga lo que haga el niño siempre será reprobado por sus parientes, aunque estos afirmen que los comprenden. Suele suceder cuando se intenta sacar lo mejor de los hijos y siempre se les exige algo más, incluso cuando todo ha salido perfecto.
– Familia inestable. Sucede cuando fruto del estrés los hijos ven a sus padres alterados, pero al día siguiente contentos. Los niños necesitan de cierta estabilidad en casa para comprender qué es lo normal.
– Familia perfecta. En estas familias nunca hay lugar para los errores, ni para las emociones negativas o debilidades. La imagen ideal es la que se presenta al resto, y esta es la única verdad, aunque se sepa que de puertas para adentro hay aspectos malos.
– Falta de inteligencia emocional. Preocuparse excesivamente, o restarle importancia a lo que sienten los hijos. En última instancia, nunca estar atento a las emociones que atraviesan los más pequeños.
Damián Montero
Te puede interesar:
– Cómo potenciar la autoestima infantil
– La autoestima infantil, técnicas para potenciarla