La vuelta al cole supone un cocktail de emociones para los más pequeños. Pero los padres no se escapan de estos momentos que les supone un adiós a sus hijos y el regreso a las aulas. Ilusión, mezclada con preocupación. Este podría ser un buen resumen de lo que sienten los adultos. Y como indica la psicóloga María Jesús Campos, todas las emociones son válidas, y nunca hay que ocultarlas.
Y es que la vuelta al cole está acompañada, en muchos momentos, por emociones intensas. Hay que tener en cuenta que al final del verano muchas familias deben volver a las rutinas tras haber perdido muchas de ellas durante el verano. Lo más importante es, como se ha dicho, acompañar y manejar la gestión emocional en el regreso a las aulas para a ver más llevadero estos momentos.
Aprender a expresar emociones
El primer paso es la expresión emocional, para empezar a lidiar con ellas. Un objetivo para el que hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
– Evitar los interrogatorios. Insistir a los niños para que cuenten cómo se sienten puede generar rechazo, distanciamiento de los padres y malestar.
– Respetar las emociones manifestadas. Si tus hijos manifiestan algunas emociones, como miedo, ante la vuelta al cole, hay que respetarlo. No hay que animarlos a ser valientes o a que desechen estos sentimientos.
En definitiva, cada niño necesita que se respete aquello que siente y la clave es acompañarlos en cada una de sus emociones. De esta forma sentirá que a sus padres les preocupa, de verdad, lo que piensan. Será, en estos momentos de cercanía en los que habrá que reconducir la situación para ayudarles a gestionar estos momentos y reforzar el vínculo de confianza.
Escuchar y guiar
Durante el acompañamiento emocional a los pequeños no solo habrá que expresar, también hay que escuchar y guiar. Es muy importante practicar la escucha activa porque aporta mucha información sobre el estado de los hijos, sus preocupaciones y el origen de sus conductas. De esta forma se podrá saber lo que sucede y empezar a gestionar las sensaciones.
Por otro lado, la guía emocional es fundamental porque los niños, y también los adolescentes, necesitan orientación en su propia gestión emocional durante la vuelta al cole. Así los hijos aprenderán estrategias a través de las personas adultas, en especial de sus padres, que son modelos de los menores. Es muy importante prestar atención a las medidas puestas en marcha para saber si están funcionando.
Escuchar y aclarar algunas ideas confusas que tienen es la mejor solución. Pero para aclarar esas ideas, lo primero es respetar, entender lo que están sintiendo y escuchar. Y es que las emociones y adquirir estrategias para su gestión no es sencillo. Por ello, la labor de las personas adultas es tan importante. Así como el uso de recursos y materiales diversos.
Damián Montero
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