Poner un pie en el colegio no solo significa aprender. Dentro de las aulas son muchas las habilidades que se aprenderán y desarrollarán. Y es que hay que tener en cuenta que la escuela es otro entorno de educación y desarrollo. Yal y como indican desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, de los 6 a los 11 años, los niños evolucionan en distintas áreas como el aparto motor, capacidades cognitivas, destrezas afectivas y sociales, etc.
El colegio también formará parte de estos desarrollos participando de diferentes maneras: desde materias como la Educación Física, hasta la socialización con los compañeros, o conocer normas de comportamiento mientras se comparte entorno con otras personas. De hecho, serán varios los hitos que tus hijos vivirán dentro las aulas con la vuelta al cole.
Desarrollo afectivo y social
La personalidad se comienza a formar desde el nacimiento, pero en la etapa escolar se presentan una serie de circunstancias que también influyen en este desarrollo:
– El niño de abre al mundo exterior, interactuando con compañeros de colegio y profesores.
– El niño desarrolla autonomía ya que asume responsabilidades académicas.
– Se establecen nuevos vínculos fuera del entorno familiar.
Hay que tener en cuenta que el desarrollo de la autoestima también se presentará en estas etapas ya que algunos niños buscarán la aprobación de otros, aunque también podrá verse alterada por otros factores como sus logros académicos. En general es bueno que los niños cuenten con una buena confianza en ellos mismos porque:
– Un niño con una buena autoestima se sentirá orgulloso de sus logros y actuará con independencia, asumiendo responsabilidades y aceptando frustraciones.
– La falta de autoestima puede generar ansiedad y miedo frente a algunas situaciones, optándose por evitarlas en lugar de enfrentarse a ellas.
Desarrollo del aparato motor
Durante la etapa escolar muchos niños comienzan a practicar deportes, ya sea mediante actividades de Educación Física, o con otros ejercicios fuera de las aulas. Todo esto contribuye al desarrollo del aparato motor y a ayudarlos a mantener un estado de salud óptimo.
También hay que tener en cuenta que en esta etapa se produce el desarrollo del aparato motor fino mediante la práctica de la caligrafía o el dibujo, así como manualidades planteadas en el aula. Esto favorece su coordinación, en especial la de sentidos como la vista y el tacto. De esta forma también se ayuda en la evolución de la vista, el aparato auditivo o el propio lenguaje.
Damián Montero
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