El proceso de aprendizaje de tus hijos conlleva muchos pasos. Uno de ellos es comprender lo necesario que es una dieta equilibrada y lo importante que es sentarse a comer. Si bien en torno a la mesa debe imperar el buen ambiente y es un gran momento para hablar y compartir cómo nos ha ido el día, hay que evitar los juegos y terminar porque sean horas de pleno consumo televisivo.
Es por ello que en torno a la mesa son muchas las lecciones que pueden aprender los más pequeños de la casa. Desde lo importante que es la variedad en la dieta, hasta lo valioso que es compartir momentos en familia, así como diversos modales. Desde la Fundación Nemours se brindan varios consejos a los padres para mantener el orden en torno a la mesa.
¿Qué se come?
Muchos niños protestan cuando no se les da lo que se quiere para comer o se les pone un plato que no es de su agrado. De esta forma hay padres que terminan por cocinar a la carta de sus hijos. No ha de ser así, salvo que exista alguna intolerancia, los adultos son quienes seleccionan lo que se les pone en el plato de los más pequeños, asegurando una variedad de recetas y nutrientes.
Poco a poco los niños aprenderán a ser más flexibles y a entender lo importante que es una dieta variedada, aceptando nuevos sabores y texturas, por lo que no hay que cesar pese a las quejas de los más pequeños. Por supuesto, también hay que predicar con el ejemplo y comer lo mismo que los más pequeños, sin demostrar preferencias por un único plato.
Tampoco hay que entrar en negociaciones si se aprecia que los más pequeños no quieren comer. Nunca hay que forzar a comer un alimento, ofreciendo a cambio la posibilidad de adquirir algo que les guste ya que no entenderán la importancia de la dieta variada. Además, a largo plazo estas técnicas no funcionan ya que los niños directamente tratarán de alcanzar su objetivo sin cumplir con la primera parte.
Tres normas en la mesa
En definitiva, la Fundación Nemours se dan tres consejos que deben marcar el momento de sentarse en la mesa:
– Servir porciones del tamaño adecuado. Con frecuencia, los padres sobrestiman cuánto debe comer un niño. En especial, con los alimentos que aún no son los favoritos, un par de cucharadas bastan para empezar. Las porciones pequeñas son menos abrumadoras, mientras que las porciones más grandes pueden hacer que el niño coma por demás.
– No negociar. Está bien animar a los niños a probar un poco, pero no hay que caer en la trampa de la negociación.
– Comer juntos, en familia. Hay que dejar un lugar a los hijos, desde pequeños, en la mesa. Para los niños es bueno ver a sus padres y hermanos comer juntos alimentos saludables.
Damián Montero
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