Las altas temperaturas hacen que el cuerpo se enfrente a sus límites. El calor puede afectar a la salud de los más pequeños y cuando el sol aprieta, el cuerpo puede fallar. Esto se traduce en trastornos que merecen toda la atención de los padres para reconocerlos y actuar en consecuencia. Y, lo que es más importante, aprender a prevenirlos.
Desde el Hospital Sant Joan de Déu se indican varios de los trastornos ocasionados por el calor, indicando sus causas, síntomas y tratamiento. Una lista con la que este verano los padres podrán estar más tranquilos velando por la salud de sus hijos y asegurando que no hay problemas.
Trastornos más comunes con el calor
Estos son, según los profesionales del Hospital San Joan de Déu, los principales trastornos causados por el calor:
– Calambres. Estos afectan a los músculos de las piernas, brazos y abdomen, suelen ser muy fuertes pero no duran demasiado. Se producen después de la práctica de deporte o actividad física intensa bajo el calor externo. Su origen se relaciona con la falta de hidratación y porque al sudar el cuerpo pierde sales minerales, contrayéndose los músculos y generándose este efecto.
La mejor fórmula para prevenir los calambres es beber líquido y estar en un lugar fresco, así como evitar las horas de mayor temperatura para hacer ejercicio. Si se llegan a producir, los masajes son una buena idea para calmar el dolor.
– Insolación. Es un trastorno de mayor gravedad y sus síntomas son el cansancio, debilidad, náuseas, respiración rápida, dolor de cabeza e irritabilidad. Si los niños están en un ambiente cálido y no han bebido suficiente líquido corren más peligro. Por este motivo se recomienda pasar por lugares donde haya sombre, darles de comer y beber con más frecuencia e intentar que mejoren mojándolos con agua fresca.
– Golpe de calor. Es el trastorno más grave relacionado con las altas temperaturas. Ante un ambiente de calor extremo, el cuerpo de los pequeños puede perder la capacidad de regular la temperatura y llegar a altos niveles. En estas condiciones, el cerebro puede sufrir lesiones.
Por este motivo, en condiciones de mucho calor, si se aprecia que los niños tienen la piel enrojecida, y/o seca, así como dolor de cabeza, mareos, o cansancio exagerado, fiebre superior a 40º o incluso pierde la consciencia, habrá que acudir enseguida a recibir atención médica.
Prevención de los trastornos por calor
Estos son algunos consejos para prevenir los trastornos causados por el calor:
– Enseñar a los hijos que deben beber agua de forma regular a lo largo del día cuando hace mucho calor. Se recomienda evitar las bebidas azucaradas o gaseosas. Los bebés amamantados pueden necesitar tomas supletorias en un clima caluroso, pero en la mayoría de casos no se necesitan otras bebidas.
– Ponerles a los niños ropa holgada y de colores claros, principalmente de algodón.
– No dejar a los bebés durmiendo en un cochecito que puede haberse calentado.
– Siempre que pueda, hay que evitar tener el bebé o niño pequeño en el exterior durante los periodos de calor extremo.
– Evitar practicar deporte entre las 12:00h. y las 18:00h.
– Nunca hay que dejar al pequeño dentro de un coche si hace mucho calor: si la temperatura exterior es de más de 30 grados, la interior puede llegar a los 50°C en pocos minutos.
Damián Montero
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