En la actualidad contamos con suficiente información como para conocer los peligros del tabaco. Sin embargo, muchos jóvenes siguen acercándose a los cigarrillos por el hecho de «parecer mayores», otros lo hacen por el mejor hecho de sentirse integrados en el grupo de amigos y por pura presión social. Por este motivo, los padres deben enseñar a sus hijos a no ceder ante estas situaciones y decir «no» a fumar.
Y es que, aunque los niños conocen los peligros del tabaco y lo perciben como algo desagradable, esta opinión puede cambiar con el paso del tiempo, en especial llegada la adolescencia. Desde Psico Razón se anima a los padres a enseñar a sus hijos estrategias para enfrentarse a estas situaciones de riesgo en las que se exponen a los cigarrillos y que podría significar el inicio del consumo.
La actitud de los padres frente al tabaco
Todos los padres conocen los riesgos del tabaco y prefieren que sus hijos no se acerquen a los cigarrillos. También son conscientes de que en algún momento se van a enfrentar a una situación en las que se les propondrá fumar y la decisión que tomen puede ser su inicio en el tabaquismo. La educación preventiva es fundamental y hay que comenzarla desde la infancia.
El primer paso es reforzar la autoestima, de esta forma se protegerá a los hijos frente a la presión social que pueden sentir en su grupo de amigos durante la adolescencia en grupos de fumadores. Desde la infancia, los niños construyen su confianza a partir de los mensajes que reciben de su entorno familiar. También hay que trabajar en la necesidad de aprobación que sientan los más pequeños, ya que desarrollar esta personalidad puede causar una mayor posibilidad de ceder ante la presión social.
Impulsar la seguridad y la autoestima en los niños es fundamental, y en este sentido los padres pueden trabajar de las siguientes maneras:
– Tener interés y respeto por las experiencias, ideas y sentimientos de los hijos.
– Destacar todas aquellas cosas que los hijos hagan bien .
– Ser generoso a la hora de expresarse, de forma agradable, hacia los más pequeños.
– No perder la oportunidad de animarles y darles valor a las acciones que se hayan demostrado como buenas.
– Muestras de cariño.
– Darles la oportunidad de interactuar con otros niños y adultos.
Enseñarles a decir «no» al tabaco
Estas son algunas fórmulas para que los niños aprendan a decir «no» al tabaco:
– Exponer las ventajas de decir «no» a ciertas situaciones y a mantener la propia personalidad y las creencias.
– Darles pistas para que sepan diferenciar a las personas que respetan las decisiones tomadas y aquellas que quieren manipularles. Los buenos amigos siempre entenderán.
– Animarlos a juntarse con personas que respeten sus decisiones, en lugar de con personas que siempre quieran elegir por ellos.
Damián Montero
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