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La personalidad idealista, ¿cómo distinguir a un niño/a idealista?

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Los niños idealistas son aquellos que sienten que han ganado en una competición solo por participar, que sueñan con que el mundo esté en armonía y evitan los conflictos y confrontaciones. Los niños idealistas tienen el talento de conseguir que sus compañeros se lleven bien y jueguen juntos. Como sugiere su nombre, según su personalidad miran al mundo a través del prisma del idealismo y creen que siempre hay lugar para un cambio a mejor.

Los niños idealistas prefieren ver el mundo por lo que puede ser y no por lo que realmente es. Valoran las acciones éticas y tienen altos estándares de integridad personal. Desde niños se distinguen por ser sinceros y bondadosos. Su alma está llena de intenciones puras y eso les lleva a ser, a veces, algo ingenuos. En la tradición griega, este temperamento fue llamado ‘colérico’ por su pasión emocional por la que aman sin fronteras y se enfadan con la misma fuerza.

Estos niños se llevan bien con todos en su clase gracias a su simpatía

Cuentan con una imaginación vívida y son hipersensibles al conflicto. Tienen una naturaleza inductiva y pueden pasar de pensar en cosas en su totalidad al detalle, particulares a generales en cuestión de segundos.

También tienen una gran capacidad de hacer deducciones con tan solo meros detalles y notar cosas de las que los demás aún no se han percatado. Son estupendos captando los sentimientos detrás de las palabras y se caracterizan por ser buenos jueces del carácter del prójimo.

Tienden a tener buenas habilidades comunicativas, en buena medida porque identifican particularmente bien las inflexiones de voz, las expresiones faciales y el lenguaje corporal de manera natural. Si bien los guardianes estaban muy interesados en complacer, los idealistas buscan un consenso. No siguen las reglas porque son reglas, las obedecen porque representan una armonía comunitaria, una unidad.

A diferencia de otros temperamentos, el idealista prefiere ser menos eficiente en cuanto al tiempo que tarda en lograr una meta si a cambio consigue que todos en un grupo sientan que están trabajando juntos. Buscan mantener y crear oportunidades de relaciones de apoyo mutuo.

No son competitivos, no buscan recompensas, el hecho de que haya un disfrute general es en sí premio suficiente.

Los niños idealistas son normalmente los que en mitad de una pelea promueven conciliación y pacificación sin buscar delegar o decirle a nadie qué debería hacer, solo tratan de disolver el conflicto. Son el punto nuclear en los grupos de amigos, no por ser necesariamente líderes, sino porque son los que mantienen la paz y el buen ambiente. Les molesta las divisiones innecesarias y tienen un don para la diplomacia.

Si bien otros temperamentos hacen uso de definiciones claras y discretas donde las cosas son antagónicas o iguales, los idealistas definen el mundo de manera menos específica. Su vívida imaginación y su idea del universo como un lugar de bondad están ligados a su manera de hacer definiciones más vagas y ambivalentes con las que buscan minimizar las discriminaciones y barreras.

Los 3 roles de los niños idealistas

Los idealistas suelen buscar un rol donde poder ejecutar sus ideales, estos suelen ser uno de los siguientes tres:

1. Mentor. Los idealistas mentores buscan el crecimiento ajeno ayudándoles a desarrollarse ya sea mentalmente, en algún deporte o habilidad. Buscan canalizar su necesidad de ayudar causando un impacto en otros a través de la enseñanza. Son el tipo de niños que saltan a la primera oportunidad de poder ayudar a otro con una asignatura, en entrar en el equipo de futbol o practicar la coreografía de baile, incluso cuando nadie les da mérito por ello.

2. Consejeros. Los idealistas consejeros suelen buscar más privacidad en su nivel de ayuda a los demás. Su intención es usar su habilidad de sintonía emocional para ayudar al resto a entenderse mejor y solucionar sus problemas. No buscan solucionar los problemas para el prójimo, buscan darles el apoyo necesario para que ellos puedan solucionar sus propios retos.

3. Sanadores. Los idealistas sanadores están comprometidos de forma personal con la tarea de preservar y mejorar la salud de los que tienen a su alrededor. Esto puede ser tanto para necesidades físicas como internas. Los niños sanadores curan a sus muñecos con enfermedades imaginarias y ofrecen besos mágicos para curar la gripe de mamá. También son los primeros en abrazar a alguien si notan que está triste.

Los niños idealistas son buenos comunicadores

Los niños idealistas suelen expresarse muy bien y encuentran grandes aliados en la escritura y lectura. Suelen ser muy simbólicos y detallistas en sus descripciones. Se ven involucrados emocionalmente con historias que tocan sus sentimientos y muchas veces hacen preguntas redundantes para entender mejor el porqué de ciertos acontecimientos históricos o informativos que les parecen relevantes.

Suelen estar muy pendientes de los sentimientos ajenos, así como del nivel de autoestima y confianza personal que pueden tener.

Es común que traten de aportar algo a una persona a la que no conocen porque sienten que le puede hacer un poquito más feliz. Muchos guardianes también tienen este tipo de detalles, pero buscando más la aprobación y aceptación del otro y no tanto su felicidad de forma altruista.

Esta naturaleza altruista de los niños idealistas a veces puede pasarles factura. Por ejemplo, cuidar a un pollito abandonado significa alimentarle constantemente y dormir poco, querer ayudar a amigos con problemas que requieren ayuda profesional les desgasta, y así muchas veces pueden verse involucrados en demasiados problemas ajenos.

Dra. Maite J. Balda. Psicóloga y doctora en Neurociencias Cognitivas

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