¿Alguna vez has tenido un mal día? ¿O sientes que no estas del todo bien, y que no tienes paciencia? ¿Qué tal cuando las cosas no salen como quieres? Seguramente te frustra, te sientes enfadado e irascible y necesitas urgentemente encontrar la calma. Entonces, debemos esperar que nuestros hijos a veces sientan lo mismo, ¿verdad? La diferencia es que ellos son niños y nosotros somos adultos, con cerebros completamente desarrollados. Cerebros que nos permiten procesar situaciones desafiantes.
En la mayoría de los casos, el cerebro humano no está completamente desarrollado hasta los 20 años. Debido a que el cerebro es responsable de controlar las respuestas emocionales, no podemos esperar que un niño sea fisiológicamente capaz de calmarse cuando está enfadado.
12 frases que pueden ayudar a tus hijos a encontrar la calma
En momentos puntuales, cuando están enfadados y parece que la situación les desborda, conviene tener algunos mecanismos a los que recurrir para encontrar el sosiego que hace falta. Por lo tanto, estas frases pueden ayudar a que tu hijo pueda encontrar la calma cuando está enfadado. No todas las frases funcionan igual con los niños, cada uno tiene su temperamento. Conviene encontrar el mensaje adecuado:
1. “Está bien sentirse así”
Valida los sentimientos de tu hijo, sin importar cuáles sean esos sentimientos. Si bien un arrebato puede parecerte irrazonable, no lo es para él. Ayúdalo a comprender que ningún sentimiento es «malo» y que se le permite expresar lo que siente de una manera que le resulte cómoda, siempre y cuando nadie salga lastimado en el proceso.
A veces, un niño necesita ayuda para procesar una situación. El “si” en esta frase le da a tu hijo la libertad de elegir, al mismo tiempo que le permite saber que tu siempre estás disponible para apoyarle.
El simple hecho de hablar de una situación de manera tranquila y clara puede ayudar a tu hijo a reconocer sus sentimientos. Puede ser beneficioso comenzar mostrándole cómo hablar en tus propias situaciones desafiantes. Solo asegúrate de dejar espacio para que tu hijo exprese sus sentimientos con sus propias palabras.
Ayudar a tu hijo a comprender que estáis juntos en esto y que no os daréis por vencidos hasta que se resuelva el problema, le traerá más calma. Lo que no quiere decir que sus problemas los resolverás tú. Permítele hacer sugerencias y pensar de forma creativa cómo podría resolver su problema. Si es necesario, plantea algunas ideas, siempre y cuando él pueda elegir cuáles podrían funcionar mejor.
Estás, de nuevo, permitiendo alguna elección en cómo se procesa una situación. A los niños se les permite tomarse un tiempo para calmarse y pensar en las cosas, y pueden hacerlo en su línea de tiempo, con o sin ayuda. El tiempo de reflexión es muy valioso en los niños y les acompañará el resto de su vida.
Decir palabras en voz alta puede quitarle poder a una situación tensa. Animar a tu hijo a nombrar sus sentimientos puede hacer que éstos parezcan más pequeños y un poco menos desalentadores. Si necesita ayuda, anímalo a que exprese lo que siente.
De esta forma le ayudas a tu hijo a identificar algunos de los marcadores físicos asociados con el enfado. ¿Sientes que tu cuerpo está temblando? ¿Estás respirando con dificultad? Guíalo para que reconozca cómo responde su cuerpo, los mensajes que su cuerpo intenta enviarle y cómo responder a esos mensajes de una manera saludable.
Poner en práctica la empatía funciona como un espejo para tu hijo además de saber que lo entiendes más allá del problema. Es útil y tranquilizador sentir que tus emociones tienen compañía.
Sentirse enfadado a veces puede ser aterrador. El cuerpo y la mente de tu hijo pueden sentirse fuera de control y puede parecer que lo que siente es permanente. Hazle saber que está física y emocionalmente seguro hasta que su cuerpo y cerebro puedan regularse y equilibrarse.
Hazle esta pregunta y escucha la respuesta. Tu hijo podría necesitar espacio o puede que necesite un abrazo. Permítele reconocer y expresar de qué forma necesita ayuda, anímalo a verbalizar.
Le darás a entender que estos sentimientos incómodos no durarán para siempre y que tú estarás allí para apoyarlo mientras los supera.
Decirle te amo con todo nuestro sentimiento incondicional junto con un gran abrazo que dice más que mil palabras, es el mejor motor para que nuestros hijos puedan encontrar la calma y resurgir con mucha más fuerza para seguir adelante en su vida.
En resumen, este tipo de frases te acercarán a tu hijo cuando necesite encontrar urgente la calma cuando siente ira y será un excelente primer paso para ayudarlo a transformar su relación con ella.
Gabriela García González. Autora de El Poder de Tu Resiliencia, El Poder de Ser Tu Mismo, Diario Emocional para Niños y de La Mejor Coach para tus Hijos ¡eres tú!
Experta en Desarrollo personal Integral, Profesora de Educación Consciente, Especializada en Empoderamiento Infantil y femenino. Formadora y Mentora de Emprendimientos desde el Ser para mujeres.