En la actualidad los niños están constantemente sometidos a estímulos. Parerciera que en todo momento deben estar entretenidos con algo y haciendo algo que los apasione. ¡No hay tiempo que perder! Es como sin en la sociedad no hubiera lugar para la calma. Por ello es posible que ante estilos de crianza como el slow parenting, se piense como un modelo aburrido de enseñanza.
Pero nada más lejos de la realidad. El slow parenting puede ayudar para que los hijos comprendan un modelo alternativo en un mundo competitivo. Gracias a este estilo es posible redescubrir placerse olvidados por la constante estimulación y permite que la familia pase tiempo de calidad juntos. Lentitud no quiere decir aburrimiento, solo que se aprovechará mejor todo momento.
Principios del slow parenting
Los profesionales del Hospital San Joand de Déu explican que el slow parenting es una filosofía de vida que se traduce en un estilo de crianza que cree que las prisas no son buenas. Este modelo entiende que todas las personas necesitan su tiempo para desarrollarse, reduciendo la cantidad de actividades programadas y pasar más momentos junto a sus padres.
Lentitud no quiere decir pausa, sino la velocidad adecuada. Para ello se impone la calidad por encima de la cantidad, con conexiones humanas reales y que hagan que cada momento sea significativo, estando presentes en cada momento de los hijos. «En el momento actual en que todos estamos tan ocupados, tenemos que ser activos para hacer espacio a la familia. Como todas nuestras actividades, es necesario marcar este propósito en un calendario», dice Carrie Contey, cofundadora de Slow Family Living.
Contey añade que es posible «decidir que ya que estamos todos juntos los jueves por la mañana, hacemos un desayuno especial. O una noche paseamos antes de ir a dormir. Algo así puede convertirse en realmente especial para los niños que lo recordarán a medida que envejecen».
Beneficios del aburrimiento
Es importante el aburrimiento y la «lentitud» en la educación de los hijos ya que tiene los siguientes beneficios:
– El aburrimiento es el lugar de nacimiento de la creatividad, y la resolución de problemas.
– Hay que evitar reprimirlos cuando se quejan de que están aburridos haciéndoles la ya que esto sólo crea vergüenza y no les ayuda.
– Nunca hay que criticar nunca a un niño por «no hacer nada», la mayoría de las personas pasarán su vida adulta intentando aprender a calmarse.
– Nunca hay que eliminar el aburrimiento de tu hijo. Si realmente el niño necesita ayuda, se debe apostar por un cambio menor: abrir una ventana, reproduciendo música, o simplemente colocando un libro o puzzle en la mesa sin hacer ningún comentario.
– Cuando un niño se sumerge en su propia actividad, no hay interrumpirlo ni comentando nada. Esto socava su foco de atención y le redirige para buscar constantemente la próxima entrada sensorial, la próxima distracción.
– Planificar menos. Si aparece el aburrimiento, hay que pensar, entre todos, cuál es la mejor manera de plantarle cara.
Damián Montero
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