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Mis hijos sienten que… las cosas no van bien

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¿Te suena un viejo dicho que dice aquello de que cuando las cosa van mal, siempre pueden ir peor? Es cierto. Por mucho que nos sorprenda hay un hecho real en esa idea, y es que cuando la vida se pone complicada, en caso de no actuar de manera adecuada, los acontecimientos pueden dar paso a otros problemas inesperados a causa de esa pasividad o de un afrontamiento erróneo.

Cuando las cosas van mal, de nada vale huir o tomar un camino contrario. Más allá de lo que nos han hecho creer, la dificultad hay que transitarla, caminar con ella el tiempo que sea necesario, hasta que se disipe y nos abandone definitivamente. Ahora bien, hay que hacerlo de manera activa y proactiva, despertando esas fortalezas psicológicas que todos tenemos en nuestro interior.

Pero, ¿qué ocurre cuando son los niños, nuestros hijos son los que se dan cuenta de que las cosas no van bien? Algunas de las circunstancias por las que los niños suelen pensar que las cosas no les van bien son que el colegio no les gusta, que sus amigos no les tratan bien o les queremos lo suficiente. 

Ideas para arreglar las cosas cuando no van bien

…el colegio no le gusta.

La primera indagación de los padres será constatar que realmente no esté pasando nada grave ante lo que deban intervenir. Pero si todo está en orden, y el niño no quiere ir al colegio pueden comprobar qué no le gusta del colegio. Quizá sea madrugar, la comida del comedor o tener que esforzarse tanto en las fichas. Tal vez esté descontento porque sus resultados son peores que los de otros niños. Habrá que ayudar a ese hijo a distinguir entre su frustración por lo que tiene que hacer y su voluntad de solucionar lo solucionable y aceptar lo que viene dado. Será la mejor manera de enseñarle a crecer en la adversidad.

…sus amigos no le tratan bien.

Es fundamental descartar cuanto antes un caso de acoso y poner en marcha algunos métodos para detectar este tipo de situaciones. Si ya se ha comprobado que no se da tal situación, habrá que ayudar a nuestro hijo a entender por qué se producen esas emociones, si está dando demasiada importancia a actitudes de los demás, si quizá debería plantearse buscar más amigos con los que comparta afinidades y también revisar cómo trata a sus amigos.

….no le queremos lo suficiente.

Ni es posible ni saludable prestar 24 horas de atención a los hijos. Pero los condicionantes de la vida moderna nos llevan en ocasiones a disponer de un tiempo limitado para la familia. Si descartamos que, en efecto, no estemos generando un problema de desapego por falta de trato, hay que tratar de hacer ver a los hijos por qué se sienten emocionalmente así. Es importante no buscar culpables ni responsables. Se trata, simplemente, de valorar los sentimientos en su justa medida.

María García Cavestany. Psicóloga Clínica

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