A muchos padres les gustaría que cuando llegara la hora asignada para ir a la cama los niños decidieran por si mismos buscar la tranquilidad de su dormitorio y conciliar el sueño como lo hacemos los adultos.
En cambio, algunos niños nunca ven el momento de irse a la cama, e incluso se activan cuando llega la hora de dormir, otros prefieren dormir en brazos, otros en la cama de papá y mamá… Para evitar que la mayoría de los días ocurra esto, los expertos recomiendan crear una serie de rutina para que los niños busquen la necesidad de descansar en su cama por si mismos.
5 trucos para aprender a dormir solos
– Temperatura adecuada. La habitación de nuestro hijo/a tiene que tener una buena ventilación y una temperatura adecuada, ni mucho frío ni calor.
– Rutinas previas. Tenemos que establecer una rutina previa al momento de ir a la cama, cenamos, nos bañamos, cantamos una canción o leemos un cuento, damos el beso de buenas noches y es el momento de dormir.
Cada familia debe establecer los criterios antes de ir a dormir. Hay que tener en cuenta que estos pasos deben ayudarnos a que el niño se relaje y su energía y actividad vayan disminuyendo. Cada padre conoce muy bien a sus hijos y sabe qué actividades son relajantes o no para él. Hay niños a los que un baño antes de dormir les relaja y otros, por el contrario, les encanta y les estimulan y buscan más actividad.
Lo mismo puede suceder con el cuento o las canciones. Nos tenemos que adaptar a las actividades que sean mejor para nuestro hijo. Debemos tener en cuenta que la rutina antes de ir a la cama debe ser corta y sencilla, sobre todo cuanto más pequeños sean nuestros hijos.
– Hay que establecer un horario para dormir y despertarse. Deben irse a una hora temprana a la cama. Es recomendable, también, tener un horario establecido para levantarse y respetar ambos en todo momento. Al principio debemos estar con ellos para ayudar a que se establezca una buena rutina del sueño y poco a poco iremos dándoles mayor autonomía para que lo puedan hacer solos.
– Despertares nocturnos. Durante la noche, si se despiertan, no debemos ir en la primera llamada que hagan porque de esta manera relacionarán llamada de atención con que mamá o papá irán. Tenemos que esperar, estar atentos a cómo reaccionan y dejarles unos minutos para ver si se calman y se vuelven a dormir solos. A veces es simplemente un pequeño gimoteo y si acudimos inmediatamente lo que se provoca es que lo utilicen para reclamar nuestra atención. Si vemos que continúa llorando y no consigue dormirse solo, nos acercaremos de manera calmada y le ayudaremos a relajarse en su cuna.
– Desde el principio. No debemos habituar a los niños a que se duerman mientras están comiendo o a mecerlos para dormirse porque se acostumbrarán a dormirse así y lo pedirán siempre que se despierten.
Es importante que tengamos en cuenta que el sueño tiene que ser una rutina más a la hora de educar a nuestros niños. Cuando se encuentran en el vientre materno ellos saben dormirse y despertarse y es importante continuar ayudándoles a hacerlo de manera correcta.
Aroa Basterra. Profesora de Escuelas Infantiles Nclic
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