En las últimas semanas, el aumento exponencial de casos producidos por la nueva variante del COVID ha obligado a que más de 102.000 alumnos de las escuelas infantiles, los colegios e institutos de 13 comunidades y más de 19.000 docentes se hayan visto obligados a confinarse. Esta es la consecuencia de la sexta ola en las primeras semanas de clase tras las vacaciones navideñas, según datos ofrecidos por el Ministerio de Educación.
El agotamiento provocado por la pandemia, nos ha llevado a todos a afrontar esta nueva ola con un esfuerzo emocional extra por la propia fatiga pandémica y porque conocemos y hemos vivido las consecuencias que los aislamientos o cuarentenas tienen en el desarrollo de los escolares.
El inicio del año 2022 no ha sido como se esperaba y el curso escolar sigue sin volver a la normalidad. El aumento exponencial de contagios provocados por la variante OMICRON, hacen que los datos de esta sexta ola preocupen, y mucho en el mundo educativo.
Según datos publicados por el Ministerio de Educación, más de 102.00 alumnos y más de 19.000 docentes se encuentran en cuarentena por COVID y las cifras siguen en aumento. La tendencia que seguirá estos primeros meses obliga a reforzar más que nunca y proteger el entorno educativo para garantizar este derecho.
La educación emocional imprescindible en la pandemia
La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva. La psicopedagoga y directora educativa en Brains Nursery Schools, Susana Ortego, ha subrayado que es esencial que todos los centros incluyan en su proyecto un programa de educación emocional y de valores. «La empatía y la gestión de las emociones tiene un impacto directo en el desarrollo del aprendizaje, y más en un momento como el que estamos viviendo. Se trata de dar la respuesta más adecuada a las necesidades de sus alumnos y familias, tras un duro momento de crisis sanitaria, económica y social, de la que debemos salir fortalecidos y formados», matiza Ortego.
En este sentido, hay que incrementar y priorizar la implantación progresiva del cuidado emocional de los alumnos. «Debemos desarrollar en nuestros alumnos valores, que les den herramientas para lograr un entorno y una sociedad mejor y proteger su salud mental ante adversidades como la que estamos viviendo con esta pandemia».Por lo tanto, es importante, enseñarles a calmar la amígdala y activar la corteza prefrontal para tener una mentalidad más abierta, empática, reflexiva y fuerte frente al estrés, y con recursos para hacer frente a futuras adversidades», explica Susana Ortego.
El objetivo es aportar una educación multidisciplinar en los niños desarrollando fortalezas, habilidades, desarrollo cognitivo, creatividad, paz, etc., trabajando todas las áreas que componen el desarrollo humano desde la infancia, para ayudarles a desarrollar las bases para un futuro feliz, exitoso y pleno.
8 retos para aumentar la resiliencia de los niños frente a la pandemia
Desde un punto de vista psicológico y social, se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones para conseguir la mejor adaptación de los niños a la escuela ante una situación como la actual:
1. Información clara y con inmediatez a las familias respecto a los nuevos protocolos establecidos y seguimiento de incidencias.
2. Intentar reducir la ansiedad que provoca la posibilidad de contagiarse: los niños por lo que sabemos, y por la realidad que estamos viviendo, pasan la enfermedad como cualquier otro virus, sin mayores consecuencias. Por tanto, hay que advertirles que las medidas que se tomen serán para evitar el contagio a personas de mayor riesgo, pero que ellos deben estar tranquilos porque ya saben lo que es tener fiebre y tos.
3. Transmitir que sus compañeros siguen siendo sus amigos a pesar de las medidas de prevención, aunque de momento deban guardar cierta distancia, y evitar compartir algunos juguetes y materiales.
4. Los profesores les siguen queriendo a pesar de no dar abrazos y besos, pues son ellos los primeros que tienen que seguir las normas para dar ejemplo a los niños.
5. Los niños no deben sentir miedo del prójimo, sino que deben entender que se tratan de medidas que tenemos que llevar a cabo para cuidarnos unos a otros y que nos ayudarán a no enfermar e irán desapareciendo.
6. Debemos ser comprensivos con los niños cuando les cueste guardar la distancia, no tocar los materiales de su compañero etc. y no regañarlos. Es normal que los niños busquen el contacto. En esta situación debemos explicárselo de nuevo individualmente y pedirles que traten de cumplirlo. Pero en ningún caso debemos mostrar enfado, pues podría generarlos sentimientos de culpa, y esto en los niños suele derivar en estrés y ansiedad.
7. Los educadores infantiles, profesores y demás personal del centro deben seguir mostrando su afecto a través de la mirada, los gestos, los reconocimientos, el agradecimiento, la modulación de la voz, o cualquier otro recurso que permita trasmitir muestras de cariño sin demasiada cercanía física. Debemos evitar que la distancia física se traduzca en una distancia emocional.
8. Los padres son un pilar fundamental para el desarrollo de los niños. A pesar de que es el profesor y el resto de los alumnos los que estarán en el día a día dentro del centro escolar, ese refuerzo no será del todo posible sin la ayuda de los padres.
Por ello y a pesar de la situación, debemos normalizar la vida de los niños y cuidar su equilibrio emocional que pasa por compartir, explorar su entorno y tener oportunidades de estimulación e interacción social fuera del ámbito familiar.
Marina Berrio
Asesoramiento: Susana Ortego. Psicopedagoga y directora educativa en Brains Nursery Schools
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