El abrazo es una forma terapéutica y curativa de transmitir afecto y emociones. El contacto personal a través del abrazo ha sido una de las múltiples cosas a las que hemos tenido que renunciar con motivo de la pandemia y está causando estragos en la sociedad, ya que hay muchas personas, sobre todo mayores, que lo necesitan.
Como constancia de su importancia tanto para la salud física como emocional, el 21 de enero se celebra, desde 1986, el Día Internacional del Abrazo. Esta festividad tiene su origen en Estados Unidos y hoy, en esta época de incertidumbre y emociones, cobra más sentido porque la palabra tiene más protagonismo que una expresión corporal.
Abraza a tu bebé
Los bebés necesitan ser abrazados y sostenidos por los padres para un correcto desarrollo. Y esta necesidad no desaparece en la edad adulta. De hecho, nuestro deseo de ser tocados y abrazados aumenta a medida que envejecemos porque normalmente no recibimos esta demostración de afecto a través de los abrazos a diario.
«Cuando somos bebés, ser abrazados y acariciados es absolutamente necesario para nuestro correcto crecimiento. Sabemos que aquellos bebés que apenas tuvieron contacto físico pueden mostrar diversas carencias tanto físicas como emocionales en su desarrollo», explican los psicólogos de la Clínica López Ibor.
Tanto en la infancia como en la edad adulta los abrazos sirven para liberar tensiones del cuerpo, relajar los músculos, estimular la oxigenación del organismo, reducir la sensación de soledad e increementar el bienestar.
Pero, ¿cuántos abrazos necesita un niño al día? Más de los que imaginamos. Según la conocida psicoterapeuta estadounidense Virginia Satir, «‘necesitamos cuatro abrazos diarios para sobrevivir. Ocho abrazos diarios para mantenernos y doce abrazos diarios para crecer». De manera que, según esta recomendación, podemos calcular que puesto que los niños están en continuo crecimiento, está claro que un niño necesita 12 abrazos al día.
¿Qué siente un niño/a cuando le dan un abrazo? Los expertos señalan que fundamentalmente tranquilidad y seguridad. Cuando los niños son abrazados por sus padres o hermanos se sienten seguros y protegidos, ya que el abrazo transmite el cariño y el afecto de la persona que lo entrega como un acto instintivo y natural.
Los beneficios de dar y recibir abrazos
Un abrazo es una de las formas de expresión de sentimientos más fuertes que existen y su significado manifiesta un acto recíproco de dar y recibir afecto hacia la otra persona.
Los beneficios de abrazar provienen del poder del tacto. Como humanos, anhelamos la interacción con otros humanos y el contacto físico es muy importante para dar y recibir amor, cariño y bienestar. Abrazar es extremadamente efectivo para curar enfermedades, soledad, depresión, ansiedad y estrés.
Bajo estas premisas nació la abrazoterapia, una innovadora técnica de regulación física y afectiva, que está basada en el poder que tiene el abrazo. Abrazar, como contacto físico, no solo es agradable, además es algo necesario. La abrazoterapia ha redescubierto la importancia del abrazo como necesidad vital del ser humano y más durante la primera infancia.
Un ejemplo de ello es el experimento sociológico que realizó en 2004 en Australia Juan Mann, un hombre que comenzó a sentirse terriblemente solo y desvalido y decidió salir a la calle a dar abrazos a la gente. Como no quería acosar a nadie y no sabía cómo presentarse, decidió hacer una pancarta en la que escribió «Free Hugs» (abrazos gratis).
Mann cuenta que durante los primeros 15 minutos se sintió bastante extraño e incluso aterrado, ya que no ocurrió nada, pero de pronto una señora mayor se le acercó y aceptó el abrazo. Y ese fue el comienzo de la historia de cómo una necesidad personal se convirtió en un movimiento que ayuda a la gente a sentirse mejor.
La abrazotepia y sus beneficios
La abrazoterapia es una técnica que se basa en la interacción de quienes reciben o brindan un abrazo, y brinda la oportunidad de liberar estrés, de aliviar tensión, de confirmar aceptación, de mejorar e incluso de curar algunas patologías.
El acto de abrazar tiene un poder emocional capaz de disipar las emociones negativas como la ira, el miedo, la ansiedad, el odio y la tristeza. Según la abrazoterapia, los abrazos deben durar 20 segundos. Este tiempo es suficiente para avorecer la comunicación emocional. Por otra parte, cuando los abrazos son más largos y apretados, sobre todo si se hacen en público, son señal de sentimientos intensos y demuestran compromiso.
El abrazo nos ayuda a expresarnos sin palabras y a superar bloqueos físicos y emocionales. Genera bienestar y mejora nuestro humor. Pero, ¿cómo lo consigue? Mediante la liberación de hormonas. Así, se ha comprobado científicamente que un abrazo sincero produce grandes cantidades de una hormona denominada oxitocina, conocida como la hormona del bienestar y del amor, que es un neurotransmisor que actúa en el sistema límbico, el centro emocional del cerebro, fomentando sentimientos de alegría que reducen la ansiedad y el estrés. La oxitocina, la dopamina y la serotonina son hormonas inmunoreguladoras. El abrazo promueve la respuesta de relajación; estas hormonas ayudan de manera natural a cambiar la forma en que nuestro cuerpo lidia con el estrés social y físico, e impulsa el sistema inmune naturalmente.
Marina Berrio
Asesoramiento: Grupo de psicólogos de la Clínica López Ibor
Te puede interesar:
– Cómo educar la sonrisa de los niños
– 5 formas de sobrevivir sin abrazos en época de pandemia
– Navidad sin besos ni abrazos