En primer lugar, es bueno entender que las técnicas de estudio o aquellas actividades que realizamos para mejorar la comprensión de un tema, son fundamentales para el proceso de enseñanza – aprendizaje.
En ocasiones lo más difícil para un estudiante, es encontrar la técnica de estudio o método que mejor se adapta a él, para llegar a entender, interpretar y retener la información.
Así, encontramos alumnos que prefieren una lectura detallada, otros prefieren escuchar su voz grabada, y algunos se decantan por realizar sus propios apuntes, resúmenes, esquemas. El problema es que no existe una «receta mágica» para todos, dado que, cada uno presenta procesos mentales diferentes, pero sí podemos tratar de ayudar con unos consejos que resulten eficaces para todos.
Entrevista relacionada:
– María de Hontanares: «Una buena planificación evita que te quedes en blanco en el examen»
Las mejores técnicas de estudio según Harvard
Además de conocer las técnicas de estudio más eficaces es importante que cada alumno seleccione la técnica que mejor se adapte a cada uno. Aquellos estudiantes que reflexionan sobre las diferentes técnicas de estudio obtienen hasta un 15% mejor de resultados.
Para comenzar, sería bueno hacer un primer análisis de las diferentes técnicas que existen para estudiar. En el libro «Make it stick: the Science of Succesful» publicado por la Universidad de Harvard, encontramos un estudio sobre las mejores técnicas de estudio.
Son las siguientes:
1. Coger apuntes a mano
Cada vez más alumnos utilizan sus tablets o PC para tomar apuntes, pero la neurociencia nos dice que es mejor a mano, dado que favorece la retención de ideas. Cuando escribimos en el ordenador, nuestro cerebro no es capaz de procesar del todo la información. Por el contrario, cuando escribimos a mano, nuestra mente se ve obligada a pensar el contenido, la forma y a seleccionar cuál es la información más importante.
Muchos alumnos nos cuentan que al hacerse una «chuleta» para un examen y escribirla, se dan cuenta de que no la necesitan, por que se lo han aprendido.
2. Realizar descansos/motores mientras estudiamos
Nuestra capacidad de atención es limitada. Durante el proceso de estudio nos puede aparecer la fatiga, o estado de desgaste de energía. Debemos ser conscientes de este estado por señales como, falta de comprensión, se reduce la memoria, en este momento debemos hacer un descanso y movernos, activar nuestro cuerpo.
La fatiga también puede aparecer por una mala alimentación, falta de hidratación, la calidad del sueño. Por este motivo es importante que atendamos a los estudios sobre la fatiga, dónde autores como Testu (2002) detectaron que existía una curva de cansancio o fatiga que presenta, menos fatiga en las primeras horas de la mañana, y adquiere el mayor rango de concentración entre las 11:00 y las 12:00, comenzando a descender después.
Así que debemos tomarnos pequeños descansos de 3 o 4 minutos cada 35/40 minutos, para que nuestro cerebro no olvide todo lo que estamos estudiando por culpa de la fatiga.
3. No releas el texto
Encontramos que muchos alumnos estudian leyendo y volviendo a releer, creyendo que este proceso le ayudará a retener información. Al contrario, se trata de un consumo pasivo, nuestro cerebro necesita realizar un esfuerzo para ser capaz de recordar lo leído.
De manera que es más aconsejable, realizar una lectura comprensiva, analizando en profundidad lo que estamos leyendo, para posteriormente tratar de recordar los aspectos más significativos de lo leído e intentar plasmarlo en un esquema, infografía, resumen para tratar de retener lo más importante.
4. Trabajar en equipo
Hay un proverbio que dice que cuando uno enseña, dos aprenden.
Edgar Dale, planteó en su pirámide de aprendizaje que la mejor forma o técnica para aprender es explicar, resumir, ilustrar.
Para esto podemos plantear equipos de debate o de trabajo donde podemos discutir o hablar sobre la materia con otros compañeros. Para poder hablar sobre un tema debes entenderlo, recordarlo, analizarlo para poder emitir una opinión, por esto es importante que intercambiemos opiniones, charlas sobre el tema que estamos estudiando.
5. Diversificar estrategias y asignaturas durante el estudio
Es bueno leer el tema, y que el estímulo visual, uno de los más utilizados en los procesos de enseñanza aprendizaje, se ponga en funcionamiento, pero es importante trabajar con diferentes estímulos. Por ejemplo, grabarte explicando un tema y escucharlo. Así durante nuestro tiempo de estudio, trabajamos diferentes estrategias.
Del mismo modo, es bueno, a pesar de que se crea lo contrario, cambiar de asignatura durante el estudio. Esto hace que nuestra atención vuelva a activarse ante algo novedoso.
6. Preparar el lugar de estudio
El lugar donde vayas a estudiar puede favorecer o dificultar la concentración. Para ello debemos elegir un lugar que será nuestro «lugar de estudio». Una mesa amplia, una silla y debe estar ordenado, con una iluminación adecuada y que no haya distracciones ni ruidos.
María de Hontanares López Águeda. Profesora del Máster en Neuropsicología y Educación de UNIR
Te puede interesar:
– Técnicas de estudio para tardes de deberes efectivas
– Escribir a mano facilita la memorización y el aprendizaje
– 6 técnicas de estudio claves para aprobar los exámenes