Son tantos y tantos los productos que en los últimos tiempos nos sorprenden por su novedad que incluso la UE los regula bajo la denominación de *nuevos alimentos*. Este no es el caso del surimi, el cual llegó a nuestros mercados hace unos 40 años, aunque sus orígenes se remontan mucho más atrás, en concreto al siglo XII cuando surgió en Japón como método de conservación del pescado. A pesar de su tradición y antigüedad, la pregunta de qué está hecho el surimi sigue hoy abierta.
Afortunadamente, contamos con organismos estatales y europeos que velan por la seguridad alimentaria, pero en este momento y más que nunca, queremos saber qué comemos. A quienes leen detenidamente las etiquetas de lo que compran y se preocupan por llevar una dieta equilibrada, seguramente les interesará saber de qué está hecho el surimi.
Surimi hecho de pescado
Es alrededor de los años 80 cuando la tendencia de probar nuevos platos y sabores llega a nuestras fronteras. Los restaurantes asiáticos se extienden y probar el pescado crudo del sushi y el sashimi es una aventura excitante. Igualmente lo es comer con palillos elaboraciones muy atractivas que estimulan todos los sentidos. De la misma manera, comienza a hablarse de la cocina de vanguardia en la que por vez primera se aúnan técnica y creatividad con ingredientes de alta calidad. Este contexto es en el que el surimi se da a conocer dentro de nuestras fronteras, si bien ya era un conocido en su país de origen, Japón.
Resulta imposible contestar a la pregunta de qué está hecho el surimi sin adentrarnos en su historia. En el momento de su aparición en nuestro país se veía como algo muy novedoso, importado de una gastronomía exótica y ampliamente desconocida. Pronto el surimi contó con una magnífica aceptación por su calidad y cualidades análogas a un producto tan apreciado como es el marisco. A pesar de considerarse aquí como algo nuevo, en Japón existe constancia del surimi desde hace casi un millar de años y desde entonces, hay que decir que no ha cambiado mucho.
El surimi se elabora en la actualidad con la misma técnica de antaño. Solamente así se consigue su jugosa pasta elaborada a base de proteína de pescado fresco. Concretamente, la palabra surimi significa «lomo de pescado picado» y es que para obtenerlo es preciso picar muy finos los filetes de pescado y mezclarlos después con agua.
Como hemos mencionado, la tradición de esta manera de hacer no se ha visto modificada durante siglos, aunque sí lo ha hecho la técnica que permite conservar todas sus cualidades. Gracias a los nuevos hallazgos de la industria alimentaria, es posible consumir surimi con todas las garantías de frescura desde que se pesca su materia prima hasta que llega a las estanterías frigoríficas del supermercado.
Las barritas de surimi Krissia
Cuatro décadas después, encontramos una variedad de productos de surimi en esos supermercados. Son en concreto los palitos de surimi los productos hechos con esta materia prima los más populares en nuestra cesta de la compra. Para obtener palitos de surimi se pueden emplear distintos pescados e incluso una variedad de todos ellos al mismo tiempo. Las barritas Krissia® en concreto optan por usar únicamente una especie, el abadejo, pescado de la familia del bacalao. Su pesca tiene lugar en las límpidas aguas de Alaska y es allí, en alta mar, donde se procede a extraer la proteína de sus lomos. Una vez en tierra y a baja temperatura, esta pasta se mezcla exclusivamente con ingredientes naturales como clara de huevo, aceite de girasol o almidón de maíz para lograr una textura jugosa inconfundible.
Sin conservantes, aromas o colorantes artificiales, las barritas Krissia® son una estupenda fuente proteínica, además de ser bajas en calorías y no contener gluten.
Marina Berrio
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