La cistitis es el segundo tipo de infección más frecuente en España, después de la infección respiratoria. Se trata de una enfermedad muy común, especialmente para las mujeres, aunque no suele estar asociada a grandes complicaciones si se trata bien y a tiempo.
Aunque esta infección puede aparecer en cualquier momento de la vida, es durante la gestación cuando las mujeres tienen más posibilidades de contraerla. Contraer una infección de orina en el embarazo es algo que preocupa a casi todas las futuras madres. Aunque generalmente son infecciones muy controladas, si no se curan bien, estas infecciones pueden acarrear consecuencias, tanto para la madre como para el hijo.
Durante el embarazo, la infección suele originarse debido a los cambios físicos y funcionales que se producen en el cuerpo de la mujer. Algunas de estas alteraciones pueden ser la disminución del tono muscular vesical y de la uretra, el aumento del volumen de la vejiga, la aparición de reflujo de orina desde la vejiga hasta los uréteres o el aumento del pH de la orina.
Para evitar que esta infección de orina tenga alguna repercusión negativa en la salud de las madres o en la de sus bebés, estas deben contar con toda la información relativa a la cistitis y llevar un seguimiento.
En este sentido, es muy importante que las mujeres embarazadas presten atención a los posibles síntomas y que acudan una vez al trimestre a realizarse los controles necesarios para detectar dicha infección. Asimismo, existen algunas prácticas que pueden ayudar a prevenir esta infección durante el embarazo.
Factores de riesgo para la infección de orina en el embarazo
Existen condiciones que pueden hacer que algunas mujeres sean más propensas que otras a desarrollar infecciones de orina durante el embarazo. Es muy importante que las mujeres embarazadas conozcan cuáles son estos factores de riesgo para extremar las precauciones en caso de que sea necesario:
– La edad de la mujer durante el embarazo: las mujeres de edad avanzada son más propensas a sufrir infecciones urinarias durante el periodo de gestación.
– Mujeres que hayan dado a luz hace poco tiempo: las mujeres que se quedan embarazadas sucesivamente en periodos cortos de tiempo tienen más probabilidades de contraer estas infecciones.
– Las madres primerizas: las mujeres que están embarazadas por primera vez experimentan cambios físicos y funcionales más bruscos que dan lugar al origen de estas infecciones.
– Mujeres que, sin estar embarazadas, ya hayan sufrido estas infecciones.
Prevenir la infección de orina en el embarazo
Aunque son muy frecuentes, las infecciones de orina no son algo inevitable. Establecer ciertos hábitos saludables puede ser clave para evitar estas molestias y las posibles consecuencias de la infección urinaria. Algunas de ellas son:
– Incrementar el consumo de agua hasta llegar a los dos litros diarios.
– Extremar las medidas de higiene, usando jabones neutros en la limpieza de la zona íntima.
– Orinar con frecuencia, siempre que se tengan ganas, evitando retrasar las visitas al baño.
– Utilizar ropa interior de algodón transpirable y no abusar del uso del salvaslip.
– Llevar una alimentación variada, rica en vitamina C, evitando comidas picantes.
– Consumir arándanos o complementos alimenticios a base de este alimento ya que, gracias a su contenido en proantocianidinas, son capaces de minimizar e inhibir la actividad de la bacteria Escherichia Coli, la principal causante de las infecciones de orina.
Marina Berrio
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